El viaje de los cuerpos celestes - Javier González

Título: El viaje de los cuerpos celestes

Autor: Javier González

Editorial: Ediciones B

Páginas: 432

Precio: 20 euros

Sinopsis

Monasterio de Leyre, verano de 1619. El anciano monje Gayarre, presintiendo su cercana muerte, comienza a dictar a su pupilo la crónica de su azarosa vida. Le había hecho una promesa a aquella mujer. «No dejéis que la memoria de nuestro viaje se pierda» le había pedido ella. Y él le había jurado por su honor que escribiría, «o haría escribir», una crónica de todo cuanto había acontecido en aquel viaje lleno de prodigios.

Una aventura que, en realidad, comenzó el 31 de mayo de 1578, cuando el suelo de un viñedo junto a la Via Salaria se hundió bajo el peso de un carro lleno de sarmientos secos. Se acaban de redescubrir las catacumbas de Roma, perdidas durante más de mil años. En la gigantesca necrópolis subterránea se encontraron los restos olvidados de cientos de los primeros cristianos. El papa Gregorio XIII quiso ver en aquel insospechado suceso una señal celestial y decidió convertir aquellos restos anónimos en «auténticas» reliquias de mártires, con el fin de repartirlos por catedrales y monasterios de Europa Central a fin de impulsar la «verdadera fe» y frenar así el avance de la Reforma protestante.

Javier González (Madrid, 1958) es licenciado en Derecho y ha desarrollado toda su carrera profesional en el mundo del márketing, trabajando en importantes agencias y anunciantes. Él mismo se declara «un lector empedernido que escribe los libros que le hubiera gustado leer». El viaje de los cuerpos celestes es su quinta novela. Antes había publicado Un día de gloria (2001); La quinta corona (2006); Navigatio (2009) y Cinco segundos (2013). Su obra ha sido traducida a varios idiomas.

Mis impresiones 

Me gusta siempre tener una cierta flexibilidad en mis 

mis lecturas, una postura que en algunas ocasiones puede ser un arma de doble filo, pero en otras, me acerca a historias bastante diferentes. Éste ha sido el caso de la novela que hoy os traigo.

Nos trasladamos hasta el año 1619  al monasterio de Nuestra señora de Leyre, en Navarra. Allí conoceremos al anciano monje Gayarre que, sabiendo que la muerte está cerca, decide tomar un joven ayudante para dar cumplimiento a la promesa que en su día hiciera a una mujer. La labor de este joven será la de plasmar por escrito la historia de El viaje de los Cuerpos celestes.

No dejéis que la memoria de nuestro viaje se pierda, le había pedido ella. Y él le había jurado por su honor que escribiría, “o haría escribir”, una crónica de todo cuanto había acontecido en aquel viaje lleno de prodigios. 

La operación Cuerpos Celestes fue un viaje organizado por el papa Gregorio XIII. En un momento en que las arcas de la iglesia estaban vacías y, con la intención de poner cierto freno a la expansión de luteranos y calvinistas en el corazón de Europa, aprovechó el descubrimiento de gran cantidad de restos óseos en la Catacumba Priscila de Roma para bautizarlos como mártires. A partir de aquí se montó una expedición, que llevó a un grupo de personas de lo más variopinto, en un periplo por diferentes ciudades europeas, con objeto de entregar las diferentes reliquias y reforzar la fe de las comunidades católicas más castigadas y amenazadas por la Reforma protestante. 

La novela está estructurada en dos hilos temporales: el más actual se desarrolla en el año 1619, en Navarra y está narrado en primera persona por Gayarre. El otro, viene a cargo de un narrador omnisciente y nos traslada unos años atrás, partiendo del año 1578. A partir de aquí, se nos va desvelando una historia que avanza linealmente hasta el cierre de la expedición, aproximadamente dos años después. 

Cuenta con prefacio, 64 capítulos de corta extensión, epílogo y nota del autor. La narración de cada capítulo comienza en tercera persona, trasladándonos al pasado para terminar en el presente, de la mano de Gayarre en el Monasterio de Nuestra Señora de Leyre, con un diálogo que se muestra en cursiva y en el que el monje comenta la historia con su ayudante, al que apoda como Nosabesnada. 

Dentro de los personajes, el que me ha convencido sin reservas ha sido Gayarre, un hombre pillo y deslenguado cuyos diálogos provocarán no pocas risas en el lector. A sus muchos años, presta sus servicios como cocinero en el monasterio y entre receta y receta irá contando sus aventuras años atrás. 

No sólo resulta interesante el punto de partida que origina esta expedición sino toda la aventura que van a vivir los protagonistas en un largo viaje por el corazón de Europa, sometidos a las inclemencias del tiempo y a los múltiples peligros que podían acontecer a quienes custodiaban un tesoro tan valioso. En mi caso, ha sido la labor de dos monjas las que me han resultado más atractivas en el hilo temporal del pasado. De una parte, la fuerza de la hermana Wenke, que sorprende por el poder de decisión y la autoridad que ostenta en una época en que el papel de la mujer era muy limitado, más aún en el seno de la iglesia. De otro, la hermana Gesine y su llamativa labor de reconstrucción de los mártires, un trabajo muy minucioso que queda reflejado con mucho detalle en la novela.

La prosa del autor es sencilla y el ritmo, aunque ágil, no es trepidante. Si he notado que hacia la mitad de la novela pierde un poco de fuelle, no obstante, ha sido una lectura bastante fluida, un tema al que ha contribuido la corta extensión de los capítulos y la abundancia de diálogos.

He disfrutado especialmente con un montón de curiosidades de la época, referidas a la cocina y conservación de los alimentos, la elaboración del famoso hipocrás, el uso de los pozos de nieve, etc. 

En resumen, El viaje de los cuerpos celestes me ha parecido una lectura amena, ágil y llena de curiosidades. Una historia que en palabras de su autor, merecía la pena rescatar del olvido y sacar de nuevo a la luz. Aunque sólo sea para entender mejor lo que somos.

Valoración: 7/10