El carbonero - Carlos Soto Femenía

El carbonero

Autor: Carlos Soto Femenía

Editorial: Destino

Páginas: 288

Precio: 17,50 euros

Sinopsis

En un pequeño y tranquilo pueblo de la Mallorca rural, a los pies de la Sierra de Tramontana, Marc y su padre pasan meses entre pinos y encinas, en absoluta soledad, con la única compañía del otro. Rodeados por el silencio y la belleza de la montaña, viven atentos al constante proceso de la quema de las encinas, sacrificando el sueño y otras necesidades en una especie de vigilia sin fin. Así es la vida del carbonero: una existencia a medio camino entre la realidad y la ensoñación.

Pero ese remanso de paz queda truncado el día que la muerte irrumpe, inesperada y brutal, en las vidas de Marc y su padre, arrebatándoles de manera violenta a uno la madre y al otro la mujer.

Con una voz serena, por contraste con las angustias que explica, Soto Femenía se erige como un sólido narrador. Su tranquilidad sostiene un relato crudo y violento en el que nos encontramos con un protagonista que tendrá que afrontar el dolor por la muerte demasiado temprana, y, después, la sed de venganza al alcanzar la madurez y tomar consciencia de que la tragedia y la injusticia vital se sirven de todos nosotros sin preguntar.

Estamos sin duda ante una nueva vuelta de tuerca dentro de la narrativa del más alto nivel: un drama rural con fondo criminal que calará en lo más hondo del ánimo del lector gracias a la minuciosidad y delicadeza de una historia enmarcada en un entorno y un paisaje únicos.

Carlos Soto Femenía nace en Palma de Mallorca el 10 de diciembre de 1966. A corta edad se traslada a Madrid, donde permanece hasta cursar estudios universitarios. De regreso a Mallorca, ejerce su actividad laboral en diversos flancos del sector de la Informática. Ha publicado algunos relatos premiados en los certámenes Silverio Lanza de Getafe (Madrid).

Es autor de las novelas La unción (premio Alfonso VIII, editorial EDAF, 2004) y Enemigo innúmero (Playa de Ákaba, 2013).

Mis impresiones

Algunas portadas te llaman por su sencillez y su título. El carbonero captó mi atención casi desde que la vi. No me equivocaba en la buena lectura que se abría ante mí.

Marc tiene tan sólo trece años cuando su vida quedó truncada. Algún salvaje sin escrúpulos acabó con la vida de su madre de un hachazo y, en una fracción de segundo, su universo cambió por completo. En aquel momento, perdió no sólo a la que le dio la vida sino también a su padre, que se encerró en su mundo y nunca más volvió a pronunciar palabra. 

Será el propio Marc, con una voz serena pero llena de crudeza el que nos relate, siete años después, cómo era la vida en Caimari, una pequeña localidad de la Sierra de Tramontana, en la Mallorca de posguerra. Conoceremos muchos detalles de un oficio tan sacrificado como el del carbonero (la marca, la tala y la quema en la sitja..); una profesión que obliga al carbonero a la soledad más absoluta, día tras día,  en una permanente vigilia por mantener activa la sitja. 

Sorprende desde las primeras páginas el tono con el que Marc se expresa, lleno de rencor pero sereno. Él es un joven de veinte años que no ha conocido más que soledad en su vida y esa soledad ha hecho enraizar en su mente un deseo irrefrenable de venganza. Al aislamiento obligado por su profesión se suma ese mutismo en que anda sumido su padre desde hace siete años; un hombre que, no obstante, no falta ni un minuto a su trabajo y que, a pesar de sus silencios, transmite un profundo amor en su mirada. Esa mirada vacía le recuerda cada día a Marc que no parará hasta hacer justicia, y son precisamente los motivos de su venganza los que nos hacen entender y excusar a este joven porque, pese a la brutalidad de sus actos, no hace nada para sí, ni siquiera le mueve una satisfacción personal, sino una deuda con su madre y con su padre y para llevarla a cabo tendrá que renunciar a otras muchas cosas propias de su edad, pero no le duele hacerlo porque necesita que sus fantasmas descansen. 

Con un estilo sereno, parco y descarnado, Carlos Soto Femenía nos atrapa con una lectura pausada, que necesita de pocos personajes para cautivarnos, y nos adentra en un drama rural donde conoceremos no sólo de la fabricación del carbón vegetal y de venganza sino también de relaciones entre amos y payeses, de la sumisión de éstos últimos, de contrabando y de un niño que tuvo que hacerse hombre de repente; todo ello con el telón de fondo de la Sierra de Tramontana y  un bosque de encinas sin más compañía que la del fuego y unos vecinos que de vez en cuando se prestan a traer algunos víveres.

Son pocos los personajes que encontraremos en ella pero todos impecables: unos entrañables, otros despreciables como el buhonero, capaz de vender a cualquiera por salvarse.  Mi preferido: Marc. El contraste de su decisión, coraje y sed de venganza frente a ese niño que habita en él me ha conquistado, pero también lo ha hecho la dulce Aina; esa bella mujer que quiere volar pero de la mano de otro o la señora de “la posesión”, esa mujer altanera que guarda en secreto un amor desde hace años y que tan sola se encuentr,a pese a su posición social.

El Carbonero es una novela oscura como el hollín que sale de la sitja y tiñe de negro todo lo que le rodea;  una historia dura, cruda, desgarradora, pero contada con la serenidad que impresiona. Sin lugar a dudas, una lectura que no te deberías perder.