El chal - Cynthia Ozick

El chal

Autor: Cynthia Ozick

Editorial: Lumen

Páginas: 104

Precio: 18,90 euros

Sinopsis

Un trapo que gotea leche, el sabor extraño de un dedo en la boca, un lugar sin piedad envuelto en alambres y tres nombres que estallan en la oscuridad: Rosa, Stella y Magda. Fueron los tiempos sin sentido en un campo de concentración donde el horror se repartía a granel, pero hubo quien logró sobrevivir, llevar su tragedia lejos e hilvanar un futuro.

Stella ahora está en Nueva York y se ha inventado una vida nueva. Magda... Magda era muy niña cuando todo pasó. Rosa ha ido rodando como un botón maltrecho hasta las costas de Florida, y cultiva su extravagante cordura por las calles de Miami. Para ella no hay futuro porque todo es pasado y la memoria, terca, insiste en devolverle aquel chal sucio con sabor a leche y saliva...

Con esas pocas cosas, casi nada para casi nadie, Cynthia Ozick construyó en 1977 esta pieza única en la literatura del siglo XX, y Oscar Astromujoff ha iluminado sus palabras con unas imágenes que indignan y emocionan.

Cynthia Ozick (Nueva York, 1928) es una de las narradoras norteamericanas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Sus padres, farmacéuticos rusos, inculcaron una profunda fe judía a Ozick, que se crió en el barrio neoyorquino del Bronx. Autora de ensayos, novelas y cuentos, es una de las herederas más aventajadas del realismo decimonónico en lengua inglesa, y se la ha comparado con figuras de la talla de Charles Dickens y Jane Austen. Su nombre suele sonar en relación al Premio Nobel de Literatura, ha sido candidata al Man Booker International Prize y el Orange Prize, y se la ha descrito como «la Emily Dickinson del Bronx». Lumen ha publicado sus novelas Los últimos testigos (2006), Cuerpos extraños (2013), esta última un homenaje a Los embajadores, de Henry James, a quien ella considera su maestro; Cuentos reunidos (2015), un volumen con los cuentos más destacados de la autora y El chal (2016), una joya que resume todo el horror del siglo XX y se adelanta a las tragedias del XXI.

Mis impresiones

Dicen que los perfumes buenos se guardan en frascos pequeños y algo así sería aplicable a esta pequeña joya que os traigo hoy al blog. Por si eso no fuese suficiente, llegó a mis manos como regalo de cumpleaños de una queridísima bloguera, María Inés Caro de La huella de los libros. No puedo estarle más agradecida por el gusto y el acierto.

El chal consta de dos relatos que giran en torno al holocausto y sus horrores. El primero de ellos, El chal, es brevísimo, intenso y absolutamente desgarrador. No se puede decir más con menos y, sin duda, la autora consigue sacudirnos de tal forma con tan solo unas páginas, que nos costará recomponernos y continuar. En él conoceremos a Rosa, su hija pequeña y a Stella, la sobrina de Rosa, mientras caminan hacia un campo de concentración. Harapientas, sedientas y sin más abrigo que un pequeño chal, con el que Rosa protege y esconde a su pequeña de todo el horror que la rodea. Van hacia un destino incierto. La niña se agarra a esa prenda como si fuera su biberón, su tabla de salvación, hasta que algo inesperado nos deja mudos y rotos. 

El segundo relato, Rosa, nos traslada treinta años después a la ciudad de Miami donde nuestra protagonista acaba de recalar, tras haber acabado en un arrebato de ira con el negocio de antigüedades que regentaba en Nueva York. Malvive en un apartamento y está enfadada con el mundo, en especial con su sobrina Stella, que trata de salir adelante y olvidar el pasado. No entiende que todo pueda seguir su curso cuando para ella se paró hace tanto tiempo. Lejos quedan los días en el campo de concentración. Su sobrina Stella ha emprendido una nueva vida y trata de olvidar, pero para Rosa nada parece haber cambiado; se ha convertido en un auténtico despojo, una mujer traumatizada y obsesionada con esa prenda que antaño significó tanto para ella. 

Lumen nos tiene acostumbrados a unas preciosas ediciones y en esta ocasión no podía ser de otra manera. Qué acierto las ilustraciones de Óscar Astromujoff para acompañar a los relatos; unas láminas grises y oscuras logran trasladar al lector esa atmósfera que rodea a la vida en el campo de exterminio y que acompañará a Rosa de por vida. La portada no puede ser más representativa de lo que estos relatos encierran; ese alambre de espino en el que Rosa se ha quedado atrapada de por vida y del que no sabe como salir porque, por más vueltas y vueltas que dé, no consigue soltarse.

Mi sobrina Stella dice que en América los gatos tienen nueve vidas, pero nosotros...nosotros somos menos que los gatos así que tenemos tres. La vida de antes, la de durante, la vida de después...La vida de después es ahora. La vida de antes es nuestra vida real, en casa, donde nacimos.
- ¿Y el durante?
 - Eso fue Hitler.
 ...Después, después es lo único que a Stella le importa. Para mí solo existe un tiempo; no hay después.

En Miami Rosa conocerá a a Persky, otro judío superviviente del holocausto que, con no pocas complicaciones en su vida, se enfrenta a ella con más optimismo. Serán sus toques de humor irónico los justos para aligerar, en cierta medida, el dramatismo de la historia aun sin perder un ápice fuerza y credibilidad.

En resumen, El chal es una lectura que no puedo dejar de recomendar. Desgarradora y a la vez necesaria; unos relatos que no necesitan de muchos personajes para transmitir el horror de una guerra y la forma en que cada cual trata de cerrar sus heridas. Algunos lo conseguirán, otros no encontrarán la puerta.