Sylvia - Celso Castro

sylvia

Autor: Celso Castro

Editorial: Destino

Páginas: 128

Precio: 18 euros

Sinopsis

Bellísima historia de amor incontenible no correspondido: un hombre se enamora locamente de Sylvia, una bella poeta mayor que él, que ama a otro hombre que no la corresponde, de modo que utiliza al protagonista cuando le conviene. Tantas veces se separan y otras tantas el protagonista vuelve cuando ella acude a él únicamente por interés… En el fondo, Sylvia inflige en el protagonista el sufrimiento del que ella misma es también víctima. Con su prosa ya característica, la nueva novela de Celso Castro es como un ovillo que vamos deshaciendo sin fin; una obra que nos cuenta una preciosa y triste historia sobre la esclavitud que supone el amor total, en este caso un amor no correspondido. Y, circundantes a la historia, encontramos los grandes temas del autor: las relaciones entre madre e hijo, la enfermedad y unos personajes que buscan la felicidad en el amor. La nueva novela de Celso Castro, uno de los secretos más bien guardados de la literatura española.

Celso Castro (A Coruña, 1962) ha encontrado en Galicia la atmósfera perfecta para todas sus ficciones hasta el momento. En 1995 publicó su primera novela, De las cornisas, con el seudónimo “m. de verganza”. Sus siguientes obras, Dos noches (2001), El cerco de beatrice (2007, Ediciones del Viento), El afinador de habitaciones (2010, Libros del Silencio) y Astillas (2011, Libros del Silencio) ya llevaban su propia firma. En 2015 publica con Destino entre culebras y extraños. Es un colaborador habitual de algunas revistas de poesía y magacines literarios y culturales.

Mis impresiones

Sylvia supone mi primer acercamiento a Celso Castro, una pequeña novelita que captó mi atención a raíz de la reseña de Entre montones de libros y que, a pesar de su corta extensión, es una narración desgarradora.

Un joven poeta de veintiún años, perteneciente a una acomodada familia, nos contará en primera persona, a través de un soliloquio, el tormento interior al que le lleva su amor por Sylvia, una mujer diez años mayor que él. Mientras conocemos de ella, nos irá desvelando detalles de su vida, su trabajo, sus amigos, la aversión que siente hacia su padre fallecido, cómo fue la convivencia con él, la necesidad de su madre de guardar las formas, escalar socialmente, parapetarse tras una fachada y protegerlo en exceso, sus relaciones sociales, sus devaneos con las chicas, sus coqueteos con el alcohol y otras sustancias… Este protagonista, del que no llegaremos a saber el nombre, habla al lector de tú a tú. No quiere cansarlo, pero necesita vaciar todo el dolor que le corroe las entrañas y lo utiliza buscando quizá un poco de comprensión o simplemente una atención que su amada ya no está dispuesta a concederle.

Celso Castro nos habla en su novela del amor y del dolor: un amor inmenso, adictivo, desgarrador y obsesivo por sylvia, que lo destruye y hace que se desangre. Y te toma a ti como paño de lágrimas,. Tampoco busca un oyente cualquiera; él mismo dice que solo algunos podrán entenderlo: los que hayan sentido un dolor igual.

si nunca has suplicado de rodillas que no te abandonen, si no te has arrastrado a los pies de la persona que amas y no las has seguido babeando hasta el ascensor y por favor, por favor, y que harás lo que quiera, pero por favor...si no te has desgarrado en la soledad de tu casa, ni has besado su fotografía con una ternura que desconocías, ni has apretado su camiseta contra tu cara y la has olido y la has empapado de tus lágrimas, entonces es mejor que me dejes en paz y te vayas por ahí, porque no entenderás ni una palabra de lo que quiero contarte, ni una sola palabra.

El amor no correspondido duele, duele mucho. A veces no sabes ni cómo llegas a él; puede que la relación tuviera en algún momento  un equilibrio, fuera correspondida hasta que, un buen día, se fue al garete; uno se descolgó, se apeó del barco y el otro quedó solo, navegando sin rumbo, nadando a contracorriente, tratando de recuperar algo que no forma parte más que de el pasado, que no tiene ni presente ni futuro. Es fácil verlo desde fuera, pensar que hay que pasar página; algunos lo consiguen fácilmente, otros se quedan atrapados en una red, caen al vacío, en un pozo sin fondo donde el dolor les desgarra, les anula, les asfixia y hace que se sientan totalmente perdidos, a la deriva y traicionados, al pensar que la persona por la que darían su vida es justamente su verdugo.

No es sylvia una novela de la que sale indemne, ni una lectura para recomendar a cualquier lector o tomar a la ligera, sin embargo, si te dejas llevar y, alguna vez has amado como él, no será difícil ponerte en su piel y comprender cuanto está viviendo este protagonista anónimo.

De primeras, cuando te adentras en sus páginas, choca la ausencia mayúsculas y algunas otras reglas ortográficas, como, por ejemplo, la ausencia del punto y aparte. El autor hace uso del punto, pero prescinde por completo de las mayúsculas, sin excepciones, incluso para los nombre propios, de ahí el título de la novela "sylvia". Indagando un poco, parece ser  que esto no es más que un rasgo de sus publicaciones, como también guarda cierta similitud el tema que se aborda en "sylvia" con “entre culebras y extraños”; un adolescente, su relación con su madre sobreprotectora, su enfrentamiento con su padre y la presencia de la literatura. Al ser mi primer encuentro con la prosa de Celso, imaginé algo muy diferente: que era un recurso que usaba para realzar la situación del protagonista y la locura a la que le lleva el sentirse abandonado. Quizá ese dolor y  la impotencia hacen que  todo carezca de valor y nada revista especial importancia; por ello, la elección de un texto más plano, sin mayúsculas. Lo único importante es ese vértigo que siente ante le precipicio de  saber que Sylvia ya no está.

sylvia es una novela intensa, desgarradora y con un protagonista difícil de olvidar. Quizá mi reseña despierte vuestra curiosidad, quizá no. Soy consciente de que no es una novela para cualquiera. Tampoco esta es una reseña común, pero no encontré otra forma de abordarla.