Un lugar a donde ir - María Oruña

Un lugar a donde ir

Autor: María Oruña

Editorial: Destino

Páginas: 520 

Precio: 19 euros

Sinopsis

Han transcurrido varios meses desde que Suances, un pequeño pueblo de la costa cántabra, fuese testigo de varios asesinatos que sacudieron a sus habitantes. Sin embargo, cuando ya todo parecía haber vuelto a la normalidad, aparece el cadáver de una joven en La Mota de Trespalacios, un recóndito lugar donde se encuentran las ruinas de una inusual construcción medieval. Lo más sorprendente del asunto no es que la joven vaya ataviada como una exquisita princesa del medievo, sino el objeto que porta entre sus manos y el extraordinario resultado forense de la autopsia. 

Cuando hasta los más escépticos comienzan a plantearse un imposible viaje en el tiempo, comienzan a ocurrir más asesinatos en la zona que parecen estar indisolublemente unidos a la muerte de la misteriosa dama medieval. 

Mientras Valentina Redondo y su equipo investigan los hechos a contrarreloj, Oliver Gordon, ayudado por su viejo amigo de la infancia, el músico Michael Blake, buscará sin descanso el paradero de su hermano Guillermo, desaparecido desde hace ya dos años, y descubrirá que la verdad se dibuja con contornos punzantes e inesperados.

María Oruña (Vigo, 1976), gallega de padre cántabro, desde pequeña visita con frecuencia Cantabria. Allí ha ambientado Un lugar a donde ir y su novela anterior, Puerto escondido (Destino, 2015), un exitoso debut en el género negro que ha sido traducido al alemán, el francés y el catalán. En ambas novelas los protagonistas son los paisajes cántabros y el equipo de la teniente Valentina Redondo, que se ha ganado el cariño de miles de lectores. Oruña es abogada y actualmente compagina esta profesión con la escritura. Ya está trabajando en su próxima novela.

Mis impresiones

Hoy os traigo mis impresiones de Un lugar a donde ir de María Oruña, una novela que, a pesar de compartir protagonistas y escenarios con Puerto escondido, se puede leer de forma independiente, aunque os animo a comenzar con la primera, disfrutaréis doblemente. 

Han pasado seis meses desde los acontecimientos de Puerto escondido; la teniente de la Guardia Civil, Valentina Redondo, está viviendo una relación que la colma junto a Oliver Gordon, el apuesto londinense que llegó a Suances para hacerse cargo de la herencia de su madre. Oliver, tras las obras de remodelación de Villa Marina, la ha habilitado como un hotel con encanto y pasa sus días dedicado a regentar su negocio y a impartir clases en la Universidad de Santander. Aunque juntos parecen haber encontrado la estabilidad emocional, ambos tienen heridas abiertas del pasado que necesitan solucionar; Oliver no cesa en la búsqueda de alguna noticia sobre el paradero de su hermano Guillermo, desaparecido años atrás, mientras que Valentina no puede evitar el dolor que le produce la pérdida de su hermano.

Oliver Gordon era consciente de haber cambiado radical y deliberadamente el rumbo de su vida, y le caía bien el extraño en que se había convertido. Se sentía satisfecho de sí mismo: sabía que la mayoría de las personas deseaban una llama, un momento brillante en sus vidas, pero muchas se limitaban a envidiar la chispa de otros y a contemplar el brillo desde lejos por pura prudencia. Sin embargo, él había asumido todos los riesgos, y eso le había hecho más fuerte.

La aparición del cuerpo sin vida de una mujer, ataviada con un traje medieval y portando una moneda antigua, en las ruinas de La Mota de Trespalacios, en Hinojedo, llevará a la teniente a una nueva investigación que tiene visos de traerle no pocos quebraderos de cabeza. En cuestión de horas aparecerá un nuevo cadáver, relacionado con la princesa medieval, que complicará el caso de manera considerable; Valentina tendrá que exprimir al máximo sus capacidades para solucionar el caso.

María Oruña vuelve, en esta ocasión, con una novela negra en la que encontramos dos hilos temporales y argumentales a través de los que nos planeta un complejo rompecabezas. Tendremos que adentrarnos en ella hasta llegar, poco a poco, a un perfecto ensamblaje, sin flecos sueltos y con un final que nos dejará la miel en los labios. Encontramos dos tramas diferentes: de una parte la investigación policial, que nos llevará, como ya lo hiciera Puerto escondido, a diferentes escenarios de Cantabria y en la que se introduce una subtrama mucho más intimista, en la que iremos conociendo el lado más personal de Valentina y Oliver: cómo avanza su relación, sus inquietudes, sus inseguridades, sus dudas, sus proyectos; dos protagonistas que quedan perfectamente trazados tanto en su faceta profesional como en su ámbito más privado y, dentro de esta esfera, viviremos de cerca sus sentimientos, sus secretos, sus anhelos y esas debilidades que hacen que alguien de papel se convierta en real y humano ante el lector. En otro hilo, la autora introduce una trama con una investigación apasionante en la que, con diferentes saltos en el tiempo, la originalidad estriba no solo en los escenarios hasta los que nos traslada, que ya de por sí son magníficos, sino en los de los temas tan interesantes y desconocidos que se abordan. En ella conoceremos a un grupo de arqueólogos y geólogos de diferentes puntos de Europa, que están llevando a cabo una investigación poco común. 

En Un lugar a donde ir he encontrado a una nueva María, evolucionada, con una historia que no solo se ha planteado y desarrollado de manera adecuada sino con la que he disfrutado de algo tan sencillo como leer. Su prosa está mucho más cuidada y depurada. El hecho de haber sabido conjugar un elenco de personajes tan variado, engarzar la investigación policial con otro hilo mucho más científico y aventurero, consiguiendo que ambos avancen con una tensión creciente, sin valles en el camino no ha debido ser nada fácil. Es evidente, la importante labor documental que esconde esta novela; no solo está trabajada sino conseguida y el viaje me ha resultado de lo más instructivo. Pocas veces he conocido tantas curiosidades a través de una lectura. 

Son varias las voces narrativas que nos van a ir conduciendo por una novela en la que la música tendrá una presencia importante. Dos narradores omniscientes nos irán moviendo entre la investigación policial y las aventuras de un grupo de arqueólogos y geólogos; intercalados entre ambos, algunos pequeños fragmentos a modo de reflexión de una primera persona de la que pronto conoceremos su identidad. 

La autora consigue impresionar con sus escenarios. Es cierto que el paisaje ayuda. Ya lo hizo con Puerto escondido y vuelve a demostrar que es un terreno en el que mueve como pez en el agua, regalándonos descripciones minuciosas que nos hacen volar a diferentes puntos del mundo, según el momento, sin llegar a abrumarnos con los datos. En esta ocasión, no solo vamos a disfrutar de los maravillosos paisajes de la costa cántabra sino que viajaremos a Alemania, Polonia, Nepal y México, entre otros. 

Un lugar a donde ir no es solo una novela negra con personajes de carne y hueso, una estructura bien armada y ejecutada y unos escenarios impecablemente dibujados sino que cuenta con otro hilo que nos acerca a una línea de investigación, que la convierten en una lectura de lo más interesante e instructiva. Sobre todas la tramas planea una reflexión que da título a la novela. No la dejéis escapar.