La tragedia del girasol - Benito Olmo

«Lo que tenía ante él respondía más bien a un sentimiento enfermizo, que colapsaba la parte más racional de su cerebro y le nublaba el juicio y la capacidad de pensar por sí mismo, convirtiéndolo en un títere en manos de aquella mujer. "Como un girasol -se dijo-, condenado hasta el final de sus días a seguir el movimiento del sol que le da la vida; el mismo sol que al cabo de unas semanas se la quitará, achicharrándolo".» 

Suspendido de empleo y sueldo, el exinspector de policía Manuel Bianquetti se ve obligado a malvender sus servicios como investigador privado hasta que recibe un encargo aparentemente sencillo: proteger a un importante empresario durante su estancia en la ciudad.

Sin embargo, lo que parece un trabajo rutinario desembocará en un reguero de muertes que obligará a Bianquetti a dar rienda suelta a su instinto de investigador para sobrevivir, llevándole a descubrir que, a menudo, el sol que más calienta también es el que más quema.

MIS IMPRESIONES

Para los que leímos La maniobra de la tortuga, mi primer acercamiento a este autor, las letras de Benito Olmo supusieron una auténtica sorpresa. Una novela negra al más puro estilo clásico con un investigador nada convencional y que, sin embargo, se ganó a todos los lectores. Pedíamos más Bianquetti y por fin llegó La tragedia del girasol, la nueva novela de este autor gaditano que permite nuestro reencuentro con ese grandullón, que sin buscarlo se vuelve adorable. 

Manuel Bianquetti lleva doce meses suspendido de empleo y sueldo y aún le queda otro año por delante en las mismas condiciones. Mientras tanto, se gana la vida como detective privado y entre sus cometidos más inmediatos está dar con el paradero de Regina, una protituta. El panorama no es nada alentador; la investigación privada no da mucho de sí. Quizá por ello, cuando Silva, un antiguo compañero, le pasa un aviso de una empresa de seguridad que busca personal, tiene poco que decidir. Le tocará, en este caso, proteger a un acaudalado empresario que hará escala en Cádiz para asistir a un concurrido partido de fútbol contra el Real Madrid. Ferraro, el empresario en cuestión, necesitará la mejor escolta y él formará parte de ella. Un trabajo en apariencia sencillo que se complicará en cuestión de segundos con un tiroteo en el que a Bianquetti, con muchas tablas a sus espaldas, nada de lo que aparece ante sus ojos llega a cuadrarle. Su situación laboral lo tiene rabioso y está más rebelde que nunca. Como no podía ser de otra forma, decidirá iniciar una investigación por su cuenta y riesgo que lo llevará a meterse en la mismísima boca del lobo y nos arrastrará a vivir con él una peligrosa aventura para desentrañar lo que se esconde detrás de este suceso. 

Benito Olmo regresa por la puerta grande con una magnífica novela negra; una trama muy bien armada, llena de giros insospechados y mucha acción en la que encontraremos a un Bianquetti que sigue saltándose a la torera cualquier procedimiento, y a la vez que nos da una lección sobre sus habilidades policíacas, vuelve a conquistarnos con su lado más humano. En esta ocasión el personaje está al servicio de la investigación y el terreno personal avanza tímidamente con mucha menor relevancia. Aquí precisamente, me he quedado con muchas ganas de más, de que quizá en otra novela se anime a desarrollar esa historia más intimista que muchos estamos deseando saborear, y que dé un poco más de protagonismo a su historia con Cristina o incluso a su propia hija. 

Aunque estamos ante una segunda novela que comparte protagonistas con La maniobra de la tortuga, que es una historia más que recomendable, no considero imprescindible haber leído la anterior para disfrutar de La tragedia del girasol. El autor nos da unas leves pinceladas introductorias para centrarnos en la historia que hacen que esta se pueda disfrutar de manera independiente. 

Benito ha crecido como escritor, no cabe duda alguna. Lo apreciamos no solo en el planteamiento y desarrollo de la historia, que aborda en este caso el tema del narcotráfico y los tejemanejes del tráfico portuario, sino en una prosa mucho más cuidada y depurada, que no resta un ápice a la agilidad y fluidez por la que se caracterizan sus novelas. Mención especial merece ese título, qué enigmático me parecía y qué acertado está.

La tragedia del girasol vuelve a tener como escenario la ciudad de Cádiz y su cara menos amable, con dos puntos a destacar: el estadio Ramón de Carranza y el puerto, ese coladero por el que se entra en Europa mucha mercancía ilegal. La historia se desdobla en dos líneas argumentales perfectamente hiladas en la que va a destacar la faceta de escolta de Bianquetti sobre la labor de detective. Dos tramas que avanzan de forma paralela, con una tensión creciente y lograrán mantener completamente expectante al lector. 

Un nutrido elenco de personajes componen una historia en la que Bianquetti comparte protagonismo con una mujer de rompe y rasga: guapa, seductora y muy inteligente, Mary, la pareja del hijo de Ferraro es una mujer de armas tomar, que aporta mucho jugo a la novela. 

En resumen, La tragedia del girasol consolida a este autor como uno de los imprescindibles del género negro español. Si te gusta la novela negra, no debes perderte La tragedia del girarol. Merece la pena conocer a este autor, merece la pena conocer a Bianquetti .