SINOPSIS
Mientras, el investigador de la policía de París Franck Sharko deberá hacer frente al caso más difícil de su carrera: la muerte de doce jóvenes y la conexión con una mujer que reaparece, ciega, tras pasar mucho tiempo bajo tierra. Pero algo extraño sucede: a cada pista sobre la investigación que Sharko persigue, una mujer policía se le adelanta…
MIS IMPRESIONES
Para los que aún no hayáis leído nada de Frank Thilliez ya os digo que es uno de esos autores imprescindibles entre los adeptos a los thrillers. Su carrera literaria es extensa, y esta novela que os traigo hoy es la sexta aunque, con una recomendación acertada, yo comencé por la tercera entrega, El síndrome E, a la que siguieron Gataca y Atomka, y he podido seguir la historia de los personajes perfectamente. Si no habéis leído las anteriores, por favor, absteneos de continuar leyendo esta reseña ya que puede contener spoilers.
Camile Thibault es una joven policía que a raíz de una dolencia cardíaca congénita ha sido trasplantada de corazón. Sin embargo, ese trasplante va a suponer un antes y un después en su vida y es que, a raíz del mismo, la joven siente unas extrañas pulsiones que la hacen comportarse de forma diferente a como siempre ha sido y la atormentan unas pesadillas en las que una mujer joven cautiva le pide ayuda. Esta situación tan especial despierta en ella la necesidad de averiguar la identidad del donante y, aunque hablamos de datos especialmente protegidos, no cejará en su intento de llegar al fondo de la cuestión, valiéndose para ello de todos los medios que como policía tiene a su alcance.
En otro hilo volvemos a encontrarnos con Sharko y Lucie, cuya relación sigue viento en popa y llena de novedades. En esta ocasión, Franck Sharko, con Nicolas Bellanger a la cabeza, tendrá que investigar un caso realmente espeluznante: una joven ha aparecido en una zona boscosa de las inmediaciones de París tras unas inundaciones. Todo parece indicar que alguien la mantuvo encerrada bajo tierra durante un largo periodo de tiempo y la chica, además de haber perdido la cordura, está completamente ciega. Rápidamente aparecerán nuevas víctimas que complicarán el caso.
Lucie cederá en esta ocasión protagonismo a uno de sus compañeros de fatigas: Nicolas Bellanger, el jefe de la Policía Judicial, que tendrá que hacer frente a una investigación que lo pondrá contra las cuerdas. Un personaje que en esta historia ha dado mucho de sí y que nos muestra a un profesional muy humano. Aunque joven, está bastante hastiado de todo, sin embargo, los contratiempos a los que se enfrentan nos mostrarán un lado absolutamente desconocido de este jefe de policía, que a mí me ha ganado.
Y con estos mimbres encontramos de nuevo al gran Thilliez haciendo de las suyas en una de esas historias que no podremos dejar de leer hasta su desenlace. El ritmo más que ágil es vertiginoso. La historia de Camille despierta nuestro interés desde las primeras páginas. Y no solo por la protagonista, que es una mujer sagaz y luchadora que no se amilana ante ningún contratiempo, sino porque con ella el autor nos mete de lleno en una trama que nos lleva a conocer muy de cerca el funcionamiento del trasplante de órganos; opción elegida en esta ocasión por este autor que siempre introduce algún hilo médico-científico en sus historias y a través de la que descubriremos un montón de cosas interesantes.
Como no podría ser de otra manera, por otro lado habrá una investigación policial en la que Sharko se enfrentará a un nuevo reto harto complicado. Dos hilos muy equilibrados que se van alternando en una historia que comienza de forma potente y nos lleva al límite. Pasas de un hilo a otro queriendo saber más, desentrañar el misterio de las pesadillas de Camile, quién y por qué pudo dejar durante tanto tiempo a una joven. Como siempre, todas las preguntas encontrarán respuestas en un desenlace absolutamente escalofriante que te deja con muchas más ganas de seguir con la serie. Thilliez no defrauda y esta es para mí una de sus mejores novelas, mi cuarta de la serie. Y ya es difícil mantener el interés a estas alturas de la saga.