30/9/20

Lo mucho que te amé - Eduardo Sacheri

 
«Creo que si alguien supiese la historia de mi vida la vería como una vida mal vivida, llena de secretos, traiciones, ocultamientos. Pero en esta historia en la que casi todo lo que hago lo hago mal, me permito creer que hay una cosa, una sola cosa, que hago bien.»
Lo mucho que te amé es la nueva novela de Eduardo Sacheri. Una historia que nos lleva a la década del 50 en Buenos Aires, en el seno de una familia de origen español.
Cuenta la historia de Ofelia, una de las cuatro hermanas Fernández Mollé, una muchacha formal, feliz, a punto de casarse. Pero una tarde su vida cambia abruptamente para convertirse en una maraña de sentimientos encontrados: delicia, inquietud, felicidad, incertidumbre, miedo y mucha culpa.
Con grandes vaivenes interiores y a través de difíciles decisiones, se va convirtiendo en una mujer adulta que enfrenta a su propio modo las circunstancias que le han tocado. 


MIS IMPRESIONES


Parece mentira lo facilones que somos a veces, pero a mí el título de esta novela me resultó irresistible desde que lo conocí. Y aun con mis dudas, no me he dado por vencida hasta adentrarme en la historia. Os cuento mis impresiones finales.


Años 50. Buenos Aires. Ofelia es la tercera de las cuatro hermanas Fernández Mollé, una familia acomodada de origen español, que vive en el barrio de Palermo. Su vida transcurre entre rutinas de estudios, reuniones familiares y planes de boda con Juan Carlos, su novio, hasta que una tarde, una visita a casa altera por completo su existencia. A partir de ese momento las certezas sobre las que ha asentado su vida se tambalean e infinidad de dudas asolarán a esta joven que, a pesar estar cursando estudios universitarios y entrar a formar parte de esas nuevas generaciones que prometen aires renovados para el país, tiene muy arraigados los valores de familia tradicional que le han inculcado los suyos. Aquella tarde lo cambiará todo y a partir de entonces su día a día será un continuo debate entre hacer lo que se espera de ella o seguir los dictados de su corazón. 

 

Será ella en primera persona la que nos vaya guiando por esta novela, que tiene mucho de costumbrista, con la que el autor nos introduce de lleno en la vida cotidiana de una familia en la que, aunque bien avenida, también encontraremos tensiones, sobre todo en el plano político social, que será el telón de fondo de toda la historia, y en la que, cada domingo, en la comida familiar, cada uno de sus protagonistas, peronistas y contrarios, expondrán sus afinidades y antipatías sobre el régimen. Y esta es la parte que a mí más me ha pesado de la historia. Se me ha hecho bola. Quizá porque es un tema que, evidentemente, no interesa igual a argentinos o extranjeros y a pesar de estar bien planteado, lo he sentido repetitivo y restando protagonismo a la historia de Ofelia, que era la que realmente quería conocer.


Sacheri nos habla en su novela de un amor prohibido: un tema complicado y peliagudo que, desde mi punto de vista, ha sabido tratar con el mimo que merece. Así, sin establecer juicios de valores, nos adentramos en una historia de amor con mayúsculas. De traición, dirían otros. O en varias historias de amor enredadas entre sí, con eslabones comunes y eslabones sueltos, y aun así no deja de ser una historia preciosa que llega al corazón por la carga de realidad que le imprimen sus personajes. Nadie está libre de sentir, y a mí me ha gustado mucho cómo lo cuenta el autor, con una prosa cargada de emotividad y unos protagonistas tan humanos. Cómo se mete en la piel de una persona responsable, con valores, que un buen día tropieza con otra que le dispara las pulsaciones con su sola presencia, su voz, su perfume o simplemente la promesa de un mañana. Y nada puede hacer contra eso porque hay fuegos que a fuerza de intentar apagarlos no hacen más que avivarse. Dice Manuel Lombo en una de sus canciones que "saben querer mejor que nadie los que llevan los amores en silencio...". Algo así ocurre con Ofelia y Manuel. 


Lo mucho que te amé es una historia sosegada que va ganando ritmo a golpe de página y que nos habla de tradición, familia, lealtad, traición, dudas, del peronismo con sus adeptos y sus detractores y, sobre todo, de una historia de amor diferente, amor del bueno diría yo, de esos que se cuecen a fuego lento y mientras más tiempo los callas más adentro se te van metiendo. Una novela preciosa que quizá ha quedado un poco empañada por la importante carga política que tiene el texto y que para mí carecía de interés. Pese a todo, tengo claro que volveré a leer a Sacheri. 


28/9/20

Esta semana leo #40-2020

 La semana pasada, un envío editorial se coló entre mis planes lectores y me hizo simultanear dos lecturas. Comienzo este lunes metida de lleno en la lectura de El último árbol del paraíso de Emma Lira, una novela realmente deliciosa que me fideliza por completo con esta autora y esa forma tan bella que tiene de contar historias. Como tengo la agenda más que ajustada me atrevo a programar poco y creo que mi próxima lectura dependerá de como vaya avanzando la semana, así que os iré contando por la redes, en qué me embarco después de este novelón. 



Y, vosotros, ¿qué leéis?













21/9/20

Esta semana leo #39-2020

Con unos días de descanso por delante, comienzo la semana rematando la lectura de Lo mucho que te amé de Eduardo Sacheri, una novela de la que espero poder contaros algo esta misma semana. Y, si nada lo impide, mi intención es ponerme en breve con Fin de temporada de Ignacio Martínez Pisón. Os dejo la foto de ambas y los enlaces a las sinopsis en sus respectivos títulos por si queréis echar un vistazo. 


Y, vosotros, ¿qué leéis?

16/9/20

La buena suerte - Rosa Montero

 
«La alegría es un hábito.»
¿Qué impulsa a un hombre a bajarse anticipadamente de un tren y ocultarse en un pueblo de mala muerte? ¿Quiere recomenzar su vida o pretende acabar con ella? Tal vez esté huyendo de alguien, o de algo, o incluso de sí mismo, y el destino le ha traído a Pozonegro, un antiguo centro hullero que ahora agoniza. Por delante de su casa pasan trenes que pueden ser salvación o condena, mientras los perseguidores estrechan el cerco. La perdición parece estar más próxima cada día.
Pero este hombre, Pablo, también conoce gente en aquel lugar maldito, como la luminosa, incompleta y algo chiflada Raluca, que pinta cuadros de caballos y tiene un secreto. Allí todos arrastran algún secreto, algunos más oscuros y peligrosos que otros. Y algunos simplemente ridículos. También hay humor en ese pueblo triste, porque la vida tiene mucho de comedia. Y gente que finge ser quien no es, o que oculta lo que planea. Es el gran juego de las falsedades.
Un mecanismo de intriga hipnotizante desvela poco a poco el misterio de ese hombre, y al hacerlo nos muestra el interior de lo que somos, una radiografía de los anhelos humanos: el miedo y la serenidad, la culpa y la redención, el odio y el deseo. Esta novela habla del Bien y del Mal, y de cómo, pese a todo, el Bien predomina. Es una historia de amor, de amor tierno y febril entre Raluca y el protagonista, pero también de amor por la vida. Porque después de cada derrota puede haber un nuevo comienzo, y porque la suerte sólo es buena si decidimos que lo sea. 


MIS IMPRESIONES


Que Rosa Montero es una autora capaz de reinventarse una y mil veces en cada nueva novela no es ningún secreto para aquellos que seguimos con interés sus letras. Hoy os hablo de su última publicación: La buena suerte.


Pablo Hernando, mirado desde fuera, es una persona con suerte: un afamado arquitecto de cincuenta y cuatro años y ganador de innumerables premios internacionales. Le conocemos a borde de un tren rumbo a Málaga donde iba a impartir una conferencia. Pero no llegará a su destino porque Pablo decide apearse en Pozonegro, una deprimida población cordobesa que debe su nombre a una antigua mina de extracción de hulla donde, impelido por no sabemos qué, decide comprar una vivienda en un destartalado edificio. ¿Qué ha impulsado a Pablo a afincarse aquí y quien se esconde de verdad detrás de esa bonita fachada?


Una infinidad de incógnitas sobrevuelan la cabeza del lector a medida que va conociendo los pasos de este atormentado personaje que, en una huida más que de alguien, de sí mismo decide dar un giro de ciento ochenta grados a su existencia, dejando atrás su acomodo y exitosa carrera, para recalar un lugar olvidado del mundo. Será precisamente allí donde se topará con Raluca, una ucraniana poco dispuesta a dejarse amedrentar por las piedras del camino y que nos va a robar el corazón de forma irremediable. Un torbellino de mujer de esas que no solo son capaces de ver siempre el vaso medio lleno sino que irradian su fuerza y alegría a cuantos le rodean.


Y con ellos dos como protagonistas principales, y un par de secundarios más, monta Rosa Montero una preciosa novela intimista que escarba en lo más profundo del ser humano: en sus miedos, sus anhelos, esas viejas angustias nunca resueltas, sus traumas y, en general, en todas aquellas cosas dañinas que tragamos y tragamos tiempo atrás y que, incapaces de vomitarlas, terminan tiñendo nuestro presente de gris. Pese a todo, no es La buena suerte una novela que se regodee en las penas, no; hasta su título es un canto a la alegría. Y es que no podía ser de otra forma porque ya sabemos cómo se las gasta Montero y lo bien que le sale eso de dar una de cal y otra de arena, salpicando aquí y allá con unas píldoras de humor y de amor, que de ese, y del bueno también hay aquí además de otros temas de mucho calado. Claro que consigue lo que se propone, no solo aderezar la historia sino compensar esos otros momentos mucho más duros. Desde mi punto de vista lo que nos da a manos llenas esta historia son bofetadas de realidad y, sobre todo, nos enseña a mirar la vida con otros ojos.


Será un narrador omnisciente el encargado de conducirnos por una trama estructurada en capítulos cortos no numerados donde la tensión va creciendo por momentos, y en la que Pozonegro es un fiel reflejo de la oscuridad que habita en algunos de sus protagonistas. Dice la autora que es este un thriller existencial, y entiendo que es muy buena clasificación porque aun contando con una ambientación magnífica, es esta una novela más de mirar hacia el interior, hacia el fondo de los personajes que son los que llevan la voz cantante y arrastran la misma desolación que las calles del pueblo.


La buena suerte es una novela que te gana por la profundidad de los personajes, tan de carne y hueso como imperfectos, y capaces de emocionarnos. El miedo, el dolor, el amor, la bondad y la maldad en estado puro se dan la mano en una magnífica historia que invita a la introspección personal y nos habla de la necesidad del ser humano de reinventarse. A mí me ha encantado y me ha hecho pensar en lo afortunados que somos muchos sin saberlo. No dejéis de leerla. 

14/9/20

Esta semana leo #38-2020

Un nuevo lunes vengo a contaros las lecturas que me traigo entre manos. Comienzo la semana con las últimas páginas de La buena suerte de Rosa Montero, una novela con la que esta autora me confirma que lo suyo es tocar la fibra sensible. De ella intentaré hablaros esta misma semana aunque ya os adelanto que me ha encantado. Y, si la nueva novela de María Oruña, El bosque de los cuatro vientos, tiene a bien llegar a mis manos, será esa la historia que me acompañe en los próximos días. Si hay tiempo para más está por ver porque mis horas de lectura están cada vez más mermadas. 

Y, vosotros, ¿qué leéis?

10/9/20

El jardín de los espejos - Pilar Ruiz

 

 
El monte de forma cónica, diferente a todos los del valle, guarda un tesoro en su interior: las magnéticas pinturas rupestres de las cuevas de El Castillo, creadas por el ser humano hace 30.000 años, junto a los valles del río Pas entre montañas verdes, muy cerca de la cueva mítica de Altamira. Las leyendas que atraviesan estas montañas y a sus habitantes salen a la luz en El jardín de los espejos. 

En la actualidad, Inés llega desde Madrid con el encargo de documentar una futura película sobre la vida y la obra de un artista maldito obsesionado con las pinturas rupestres de la zona. Se aloja en "El jardín del alemán", una casona rural cerrada durante los meses de invierno y, en su investigación, descubre sucesos insólitos, apariciones, rituales antiquísimos, brujas clarividentes, recuerdos perdidos y un cuadro sin firma. 

En 1949, Amalia huye de su marido y de sí misma para habitar esa misma casa, su mundo se ha venido abajo y no sabe cómo reconstruirlo. La única manera de descubrir su camino es pintar un cuadro en el que aparece una mujer misteriosa, a la que nadie más ha visto. 

Y en 1919, en la misma casa, la fotógrafa Elisa espera la vuelta de su amante, uno de los participantes en la primera exploración de las cuevas de El Castillo que ha desaparecido en la Gran Guerra. Mientras, sigue haciendo fotografías, lo único que ha impedido que caiga en la desesperación. 
El jardín de los espejos es una historia que entrelaza muchas otras como en un juego de espejos enfrentados, un cuento de hadas y de brujas, una leyenda antigua recuperada del olvido, que por fin sale a la luz para vencer al tiempo y al silencio. 


MIS IMPRESIONES


Una recomendación de la propia editorial aludiendo a cierta autora que se cuenta entre mis favoritas fue el gancho que me animó con esta nueva novela de Pilar Ruiz, de cuyas letras estaba deseando conocer a raíz de las buenas críticas de obras anteriores.


Valle del Pas, Cantabria. Inés recibe un enigmático encargo de una antigua compañera de trabajo: trasladarse a Cantabria para documentar un reportaje sobre la desaparición, en 1980, de un excéntrico artista obsesionado con las pinturas rupestres: Román Sampeiro. Para ello, habrá de transitar e incluso alojarse en el mismo enclave en el que este fue visto por última vez, concretamente en una apartada casona rural del siglo XIX, llamada El Jardín del Alemán, a los pies del monte del Castillo. Un lugar lleno de historia y misterio, que se alza como un personaje más y en el que mucho tiempo atrás, hace setenta y casi cien años respectivamente, vivieron también dos de las principales protagonistas de esta novela: Amalia, una pintora procedente de Madrid que llega al valle a finales de los años cuarenta huyendo de su esposo, y Elisa, una joven fotógrafa que, en el año 1919, sigue esperando el regreso de su amado Jim, un explorador alemán, desaparecido en la Gran Guerra.


A través de capítulos alternos, en tres hilos temporales, tres voces narrativas en primera persona (las de Inés, Amalia y Elisa) serán las encargadas de ir desgranando una historia llena de misterio, y con un leve tinte sobrenatural, que va atrapando al lector al igual que la espesa bruma envuelve al monte del Castillo.


Estamos ante una de esas novelas con una ambientación impecable, en las que los escenarios están tan vivos como los personajes. Es fácil sentir la humedad del monte, imaginar esa cueva con pinturas rupestres, la grisura acechando con ocultar con su niebla cualquier sendero o dejarse llevar por las numerosas leyendas… Sin entrar en minuciosos detalles, pero con una prosa realmente evocadora, la autora logra transportarnos en el espacio y el tiempo hasta ese apartado caserío donde tres mujeres diferentes, pero también con ciertos rasgos en común, enfrentarán momentos difíciles en sus vidas. Habrá que escarbar en su pasado para entender su presente y llegar a hacerse dueñas de su futuro. Y lo harán precisamente en el mismo sitio, en El Jardín Alemán.


Cada de las subtramas tiene entidad propia y avanza y retrocede en el tiempo para ir armando la historia de su protagonista, una historia que, aunque sesgada por la elección de esa primera persona, nos permite a la vez conocer mucho más de cerca los sentimientos de cada una de ellas.  Hablamos de mujeres valientes, en cierto modo precursoras, cada cual a su manera marcadas por su pasado pero con gran entereza, pero si hay una que me ha conquistado por completo es la de Amalia, quizá por las especiales dificultades con las que se enfrentaba una mujer en la época en que se desarrolla este hilo.  


El jardín de los espejos ha sido una lectura realmente deliciosa e inesperada. Por trama, escenarios, construcción de personajes y desenlace no puedo más que recomendaros su lectura. Sin duda, una autora sobre la que volveré en el futuro.  


2/9/20

Nazarí - Mario Villén Lucena

 
Alarcos, 1195. El ejército musulmán ha derrotado claramente a las tropas lideradas por el rey castellano Alfonso VIII. La alegría es doble para Asquilula, naqîb andalusí: vuelve a casa victorioso y ese mismo día sabe del nacimiento de su primer nieto: Muhammad bin al-Ahmar. Son tiempos convulsos en la península ibérica, dividida política y culturalmente. En el norte, los reinos cristianos luchan entre sí; en el sur, donde la presencia musulmana se hace más fuerte, tampoco reina la unidad. Serán años de batallas y muertes, traiciones y compromisos, treguas y pactos mezclados con algaradas e incursiones por ambos bandos.
Son tiempos duros en los que la vida y la muerte penden de un hilo. Y será en esos años cuando Muhammad bin al-Ahmar, desde su Arjona natal, se convierta en un peligroso cegrí en la frontera con Castilla. Aclamado como sayj, encabezó la lucha de su pueblo por sobrevivir ante los constantes ataques de los reinos cristianos, llegó a ser nombrado emir y reunió bajo su mano los restos de al-Andalus que los almohades habían dejado tras las Navas de Tolosa. Teniendo como enemigo al firme y gran rey Fernando III el Santo, construyó no sólo un reino, sino una nueva dinastía para gloria de al-Andalus y de la Historia: los nazaríes. Y nunca estuvo solo…
Es ésta una novela de batallas, de conflictos políticos, de diplomacias y argucias, pero también de amores, amistad y esperanza. Una novela centrada en uno de los períodos más convulsos de nuestra Historia, la Reconquista, pero vista como nunca antes, desde la mirada andalusí. Una novela, en definitiva, sobre un personaje de leyenda. 
FICHA DEL LIBRO

MIS IMPRESIONES


Hoy os voy a hablar de Nazarí, la tercera novela publicada por Mario Villén, originario de Pinos Puente (Granada) y que siente verdadera pasión por la historia de su tierra natal. Esta, su más ambiciosa novela, fue publicada el pasado mes de junio después de una larga gestación que he tenido la suerte de conocer.


En Nazarí, con gran rigor histórico, Mario Villén rescata del olvido a un personaje de leyenda, Muhammad bin al-Ahmar, el fundador de la dinastía que da título a su novela. Y para hablarnos de él habrá de remontarse al siglo XII, concretamente al año 1195 en Arjona, donde en el seno de una próspera familia de agricultores y guerreros, nacerá el que a la postre se convertirá en el rey de los nazaríes y primero de la dinastía que supondrá el último reducto de los musulmanes en la Península.


Tras la presentación de los personajes, la batalla de las Navas de Tolosa será el punto de partida elegido por el autor para plantear el mapa de la división territorial de la Península, centrando la historia principalmente en dos puntos: al norte, los reinos de Castilla y León, y al sur Al Andalus, en la que no cesan las luchas intestinas con los almohades.  


A pesar del amplio elenco de personajes que pueblan la novela, dos familias serán las que lleven el pulso de la historia: en el sur los Nasr y los Asquilula (las ramas paterna y materna de Muhammad bin al-Ahmar, este valeroso cegrí (guerrero), que ya desde niño despuntaba por sus dotes para la lucha y su capacidad de liderazgo. Él, protagonista indiscutible de la historia quedará perfectamente dibujado, pero no solo en su faceta de luchador sino en la esfera más personal: como padre de familia, esposo…un personaje con un papel complejo, que ante todo buscó siempre lo mejor para su pueblo, labor para la que contó con la inestimable ayuda de su abuelo, Asquilula, otro personaje diez digno de conocer. En el reino de Castilla, conoceremos a la reina Berenguela, una mujer inteligente, gran estratega, y con una entereza digna de admiración que junto a su hijo Fernando III conquistarán al lector a golpe de página.


Será un narrador omnisciente, saltando constantemente entre multitud de escenarios (Arjona, Jaén, Murcia, Sevilla, Córdoba, Toledo, Burgos…), el que nos vaya conduciendo por las páginas de esta novela de cronología lineal. Con un ritmo inicial contenido, que va ganando fuerza a medida que avanza la trama, nos moveremos a lo largo de casi medio siglo de historia en el que seremos testigos de la realidad política, social y económica de los musulmanes en Al Andalus en la época, del acontecer de la vida tanto en el caso de las familias más humildes, como en el de otras mejor posicionadas. Y, como contraparte, sabremos incluso de las rutinas de los miembros de la corte de Castilla. Conoceremos de infinidad de movimientos de frontera (avances y retrocesos), de ese intento de los andalusíes por frenar a las tropas cristianas, de  envidias, traiciones, venganzas. También de grandes historias de amor y del papel de las mujeres en esta sociedad patriarcal. 


Nazarí es una novela histórica la mar de instructiva, narrada con una prosa cuidada, que nos relata la vida de un hábil guerrero, fundador de la dinastía nazarí y que inició los trabajos de construcción de la Alhambra. Una historia sobre la Reconquista tras cuyas páginas se intuye una gran labor documental y con la que el autor me confirma, una vez más, esa buena mano que tiene tejiendo tramas y personajes. No puedo más que recomendarla.