La auténtica belleza reside siempre en los detalles. En el brillo de una gota de rocío, en la mirada curiosa de una joven, o en los pétalos de una flor sin nombre.
Alba, curiosa e inteligente, pasa las horas recorriendo el valle con su colección de flores, que cataloga con minuciosidad. Su hermana la acompaña siempre, en busca, a su vez, de los ejemplares de insectos más bellos y sorprendentes.
Hasta el pequeño pueblo en el que su acomodada familia pasa los veranos llega un día Heinrich Wilkomm, un renombrado botánico centroeuropeo. La pasión por la ciencia que comparte con Alba pronto evolucionará hacia algo más prohibido, secreto e inolvidable que, como la flor que ambos nombran por primera vez, tendrá raíces tan profundas que será capaz de crecer entre las piedras.
FICHA DEL LIBRO
Alba, curiosa e inteligente, pasa las horas recorriendo el valle con su colección de flores, que cataloga con minuciosidad. Su hermana la acompaña siempre, en busca, a su vez, de los ejemplares de insectos más bellos y sorprendentes.
Hasta el pequeño pueblo en el que su acomodada familia pasa los veranos llega un día Heinrich Wilkomm, un renombrado botánico centroeuropeo. La pasión por la ciencia que comparte con Alba pronto evolucionará hacia algo más prohibido, secreto e inolvidable que, como la flor que ambos nombran por primera vez, tendrá raíces tan profundas que será capaz de crecer entre las piedras.
FICHA DEL LIBRO
MIS IMPRESIONES
Corría la primavera del 2016 cuando una bloguera amiga, de esas exigentes, recomendaba la lectura de La perla negra, una novela histórica con una magnífica ambientación. Y aunque no había manera humana de hacerle un hueco en aquel momento por el cúmulo de lecturas pendientes, un nombre se me quedó grabado: Claudia Casanova. Pasar dos veces de largo por algo bueno era demasiado arriesgar para alguien que de algunas lectoras se fía y mucho. Las primeras opiniones fueron una perdición y una bendición. Os cuento mis porqués.
Octubre de 1888. En La Solariega, una preciosa casa situada en Santa Ana, un pueblo turolense de la Sierra de Albarracín, cuando está a punto de celebrarse el enlace de Alba Ruiz de Peñafiel, un regalo inesperado transportará a nuestra protagonista trece años atrás, a aquellos días en los que tras muchos proyectos e ilusiones de sus padres, aquella casa cobró vida con la llegada de la familia. Aquel verano de 1875, será pasa siempre una fecha inolvidable en el calendario de las jóvenes Alba y Luisa, las dos hermanas Peñafiel. En aquellos días, estas dos jóvenes de familia acomodada, consideradas unas “rara avis” entre las damas de la época, y que heredaron de su madre su amor por la naturaleza, lograrían dar rienda suelta a sus pasiones: Luisa, con corazón de entomóloga, al estudio de las mariposas; Alba a documentar y crear un impresionante herbario sin apenas imaginar que el amor se podía colar por la rendija más insospechada. Y es que el destino la cruzará con Heinrich Wilkomm, un afamado científico alemán que quedará imantado por la joven y su pasión común por la botánica será lo primero que compartan. Saxifraga alba será por siempre para ellos un símbolo de amor.
Qué cantidad de sensaciones nos provocan los libros, ¿verdad? Yo de flores entiendo poquito, la verdad; más bien lo justo. Me gustan, eso sí, pero no tengo un corazón botánico. Quizá la posibilidad de encontrar algo similar a las letras de Tracy Chevalier me animó. Y, lo demás vino rodado, porque es muy fácil dejarte llevar por las páginas de esta novela y qué bonito resulta cuando con tanta sutileza una autora logra transmitir esa amplia paleta de sensaciones y matices.
Hay lecturas que proporcionan un auténtico deleite para los sentidos, y lo más curioso de todo este asunto es que no ha necesitado Claudia Casanova grande alharacas para conmover al lector, sino que narrada con sencillez y mucho mimo, con un ritmo sosegado, cadencioso, pero eso sí manteniendo un pulso narrativo delicioso, será un narrador omnisciente, en presente, que nos hace vivir, si cabe, con más intensidad las emociones, el encargado de movernos por una novela que nos va enredando en una preciosa historia de amor al tiempo que retrata la vida de los habitantes de una pequeña población turolense de la época, y va dando forma a la historia de la primera mujer botánica de España.
Alba es una mujer con inquietudes, curiosa, observadora, decidida y firmemente dispuesta a luchar contra las imposiciones de una época y a labrarse su propio destino. Conoceremos también cómo se desarrollaban las reuniones de los próceres de la zona, cómo surgió el proyecto del ferrocarril en Aragón, los pequeños pero importantes impulsos de la iglesia por proporcionar cierta educación a los más desfavorecidos, y cómo la vida y el amor, al igual que el agua del manantial, se abrían paso en plena naturaleza sin que nada ni nadie pudiera detener su curso.
Alba es una mujer con inquietudes, curiosa, observadora, decidida y firmemente dispuesta a luchar contra las imposiciones de una época y a labrarse su propio destino. Conoceremos también cómo se desarrollaban las reuniones de los próceres de la zona, cómo surgió el proyecto del ferrocarril en Aragón, los pequeños pero importantes impulsos de la iglesia por proporcionar cierta educación a los más desfavorecidos, y cómo la vida y el amor, al igual que el agua del manantial, se abrían paso en plena naturaleza sin que nada ni nadie pudiera detener su curso.
Historia de una flor es una novela que te sorprende con un abanico de emociones. Destila elegancia, sencillez y delicadeza. Porque, en ocasiones, menos es más y la lectura se torna en un auténtico placer, os aconsejo acercaros a ella. Termino con una de las citas, en este caso de Stendhal, maravillosa y que pareciera pensada para esta historia, con las que la autora da inicio a su novela.
El amor es una maravillosa flor, pero es necesario tener el valor de ir a buscarla al borde de un terrible precipicio.
¿Quién se atreve?
Cómo te entiendo... hay nombres que se quedan grabados y entran a formar parte de la lista de pendientes (y de deseos). Me ocurre algo similar con esta autora. Quiero leerla. Sé que la leeré. No obstante, no he encontrado el momento.
ResponderEliminarTodo lo que dices sobre Historia de una flor me gusta y creo que el libro también me gustaría
Gracias por encender una luz sobre el nombre de esta autora en mi cabeza. A ver si pronto la cambio de lista
Abrazos
Aunque a priori no es un libro que fuera a mi lista de pendientes, me gusta lo que cuentas, ya que parece una historia bonita y sencilla, me lo voy a llevar apuntada y así me estreno con la autora.
ResponderEliminarBesos
Hola guapa,
ResponderEliminarno me llama la atención, tal vez porque no me gustan las flores, no sé; el caso es que mi hermana tiene la novela así que a lo mejor, algún día, me animo pero de momento la voy a dejar pasar.
Un beso
La perla negra me gustó mucho. Y de este libro me estáis hablando maravillas, pero me lo he reservado para una lectura sosegada en las vacaciones del mes que viene porque creo que merece dedicarle tiempo y calma. Un beso
ResponderEliminarDesde que conocí este título tuve la sensación de que era una historia para mí, el tema de las flores me encanta (aunque no tengo ni idea tampoco) y no sé...esa elegancia que destacas. Y lo que transmites me hacen pensar que disfrutaría mucho de esta novela.
ResponderEliminarAnotada la dejo, sé que algún día la leeré ;)
besitos
Una lectura que es una delicia de principio a fin. Besos.
ResponderEliminarYO tengo mis dudas con esta novela. A veces me apetece y otras, pensando en todo lo que tengo pendiente, me echo para atrás. Desde luego no iría a buscarla pero si cae en mi camino... Besos
ResponderEliminarPues me ha gustado lo que has contado aunque no si para ahora mismo.
ResponderEliminarQué bonita reseña. Me la apunto sin dudarlo ni un minuto. Gracias.
ResponderEliminarConcha Yunta
Comparto contigo lo que dices sobre las sensaciones que algunos libros nos transmiten sepamos algo o nada de aquello sobre lo que hablan (flores, hierbas...). Me gusta lo que dices sobre esta autora y esta novela. Me hace recordar a Juan Ramón Jiménez de quien se decía que padecía de 'hiperestesia' (sensibilidad excesiva hacia y ante la belleza). Quiero padecer, siquiera temporalmente -mientras dure la lectura-, esas sensaciones, quiero entrar en la categoría de hiperestésico (ja, ja...), así que tomo nota de la autora y sus libros.
ResponderEliminarUn beso
Os está gustando mucho esta novela pero a mí no acaba de llamarme la atención la temática así que la dejaré pasar
ResponderEliminarBesos
Aunque veo que te ha gustado mucho, no puedo liarme más... voy a tenerlo que dejar pasar, que también al final me habéis liado con otros que tenía descartados.
ResponderEliminarUn beso
A pesar de tu opinión no me voy a animar con este, no lo veo muy de mi estilo.
ResponderEliminarBesos
De Claudia Casanova leí La perla negra, novela que me gustó. Esta nueva obra de esta autora tiene ingredientes atractivos, por lo que no me importaría leerla. Me la llevo anotada. Besos.
ResponderEliminarCreo que no podría haberlo definido mejor como abanico de emociones, como tú misma has dicho, te iba leyendo e iba sintiendo justamente eso, emociones.
ResponderEliminarMe gusta mucho.
Besukis 💋💋💋
Está gustando mucho esta novela. Y no me veía leyéndola, pero me estáis picando la curiosidad.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya sabía yo que te iba a gustar, es una lectura deliciosa.
ResponderEliminarBesos.
A Claudia Casanova la conozco más como editora de Ático de los libros que como escritora, y de sus dos novelas me llama bastante más esta que "La perla negra". Me gusta para mí e incluso se me ocurren varias personas bastante amantes de las flores para regalárselo. Tiene muy buena pinta, la verdad, y lo cuentas tan bonito que cualquiera te dice que no :)
ResponderEliminar¡Besote!
La sinopsis es muy atrayente, la verdad. No la descarto ^^
ResponderEliminarHa gustado mucho, y es de esos libros que no descarto, pero que no voy a salir corriendo a por el, con todo lo que ya tengo en casa
ResponderEliminarBesos
Todavía tengo pendiente La perla negra, y esta que traes hoy es una novela que por lo que cuentas, seduce.
ResponderEliminarBesos
Pues yo de plantas también estoy pegada, sé lo que es el rodondedro pero porque siempre sale en todas las novelas y ya un día lo busqué. Los libros que tienen esa parte de botánica se me hacen pesados, leí una vez uno que era en la Isla de Pascua y menuda decepción porque vaya lata. Pero bueno, si no has dicho nada es que mucho no se debe de pasar. Sí me gusta lo de la vida en el pueblo y el retrato de la época. Lo dejo en los posibles pero no en los primeros puestos.
ResponderEliminarBesos
Lo tengo apuntadísimo porque lo primero que me llamó la atención fue la portada, pero es que luego la trama no podría gustarme más. Al ver que a tí te ha gustado bastante y con lo que cuentas, confirma que debo leerlo sí o sí. Un saludo!
ResponderEliminarNo estoy muy segura con esta lectura y por la sinopsis la habría descartado de inicio, sin embargo me gusta mucho lo que cuentas y me tientas y haces dudar...
ResponderEliminarBesotes