
MIS IMPRESIONES
Cómo me gusta a mí que venga una amiga y me diga que me
tengo que leer sí o sí un libro. Conocéis la sensación, ¿verdad? Pues así, sin
comerlo ni beberlo (un término muy adecuado para la historia que nos ocupa), y
además sin pensarlo ni un minuto, me vi con este en las manos. Es lo que tienen
las lectoras que te conocen bien, que cuando disparan, lo hacen a matar. La
cocinera de Castamar ha sido y será una de mis mejores lecturas de 2019.
Octubre de 1720. Reinado de Felipe V en España. Las heridas de la guerra de Sucesión entre los Habsburgo y Borbones no han cicatrizado aún y la sociedad está enfrentada. Clara
Belmonte, nacida en una familia acomodada pero venida a menos tras el
inesperado fallecimiento de su padre, el doctor Belmonte, verá como su vida da
un giro radical en poco tiempo. La pasión por la cocina que le inculcó su madre
desde pequeña será la tabla de salvación de esta familia. Y a pesar de que sus
caminos han de separarse, ella no puede sentirse más dichosa cuando se le
presenta la oportunidad de prestar sus servicios como ayudante de cocina en una
lujosa mansión propiedad del duque don Diego de Castamar, un viudo, que pasa
sus días añorando la ausencia de su querida Alba, fallecida nueve años atrás.
La llegada de Clara supondrá un antes y un después en esta
casa porque esta muchacha de educación exquisita y modales refinados, pese a su
juventud, amén de una excelente cocinera, es una trabajadora incansable y no
está dispuesta a achicarse ante nadie, menos aún ante un ama de llaves fría
como el hielo que gobierna la casa con mano de hierro. Pero la joven también tendrá
que ocultar un secreto que podría poner en jaque su empleo.
No lo tendrá fácil Clara en esta casa. Castamar es un hervidero
de chismes, la envidia campa a sus anchas por sus lujosas estancias y es
complicado hacerse un hueco entre tantas zancadillas. A lo largo de la lectura
vamos a ser espectadores de excepción de cómo se desenvuelve la vida en una
residencia de estas características. Tendremos por una parte a los señores, con
sus fiestas y sus vidas acomodadas no exentas de problemas y, por otro lado, el
servicio, donde también habrá clases, privilegios y gente dispuesta a aplastar a
todo el que se cruce en su camino simplemente por medrar un poco. Sin embargo,
Clara Belmonte tiene un as en la manga del que ni ella misma es consciente a su
llegada a la casa: sabrá ir conquistando el corazón de cada uno de ellos con
cada bocado, en especial el del duque.
Y entre entrantes, caldos y otras muchas excelencias
culinarias va cogiendo ritmo una novela que nos invita a ir saboreándola sin
prisas y que destaca por una magnífica ambientación, unos personajes
inolvidables y una prosa a la altura de la buena cocina que encierran sus
páginas, elegante y cadenciosa.
Clara es el alma de la novela. Un personaje que se gana al lector desde el primer
capítulo. Su saber estar, su pasión por los libros, el mimo con el que
desempeña su trabajo y ese tesón con el que se enfrenta a cada una de las
adversidades la hacen ejemplar a los ojos de cualquiera. Y eso pese a que
también ella habrá de enfrentarse cada día a sus propios demonios. Pero junto a ella hay un importante y potente elenco de personajes. El duque de Castamar le va a la zaga, un caballero de impecables modales. Y cómo no mencionar a Gabriel, qué hombre, pero no os voy a contar nada más de ninguno de ellos porque de verdad que merece la pena caminar hacia ellos sin ideas preconcebidas.
A aquel que pudiera pensar que es esta una novela rosa, ya
le adelanto que se equivoca. Sí que estamos ante una novela en la que hay verdaderos
caballeros, hombres con principios que están dispuesto a batirse en duelo por defender
a una dama, pero también habrá truhanes, malhechores, sin ser una novela de
buenos contra malos malos, sino de personajes de carne y hueso, imperfectas, con virtudes y debilidades.
Y cuenta, además, con una trama, que sin tener un ritmo endiablado, sabe seducirte de forma que no te apetece soltarla hasta saber un poquito más. De eso, de
seducción, erotismo, secretos de alcoba, amor, pasión, mentiras, intrigas y traiciones también
habrá mucho en esta historia. Pero de erotismo del bueno, y bien llevado. Con
gusto, diría yo.
No sé si llegados a este punto habré sido capaz de
convenceros, pero os puedo asegurar que hay determinadas historias con las que
una disfruta leyendo, incluso al margen de la trama. Sé que es mucho decir y
que sin una historia consistente lo otro no se sostiene, pero es que la
encontraréis. Aquí hay un tándem perfecto. La cocinera de Castamar es un verdadero deleite para los sentidos. Hacedme caso, no la dejéis escapar
porque es una verdadera delicatessen.