Bookeando

con MªÁngeles

La cadena - Adrian McKinty

30/10/19

Como una mañana cualquiera, Rachel deja a su hija en la parada del autobús. Pero una llamada de un número desconocido lo cambia todo: una mujer le informa que tiene a Kylie secuestrada y que, si quiere verla de nuevo, deberá seguir sus instrucciones al pie de la letra: primero, pagar un rescate; segundo, secuestrar a otro niño. Quien llama es también una madre cuyo hijo ha sido secuestrado, y si Rachel no cumple con las reglas, el niño morirá, y su hija también. Rachel ya forma parte de La Cadena, un mecanismo que convierte a padres de familia en víctimas y a su vez en criminales, y que está haciendo a alguien muy rico en el proceso. Ella es una mujer corriente, pero en pocas horas los acontecimientos la llevarán hasta límites impensables y la obligarán a hacer algo terrible. 
Los creadores de La Cadena saben que unos padres harán todo lo que está en sus manos por sus hijos. Pero no contaban con cruzarse en el camino de una mujer decidida, valiente y superviviente como Rachel. Porque, si alguien puede romperla, ésa es ella.




MIS IMPRESIONES


Un buen thriller es un bocado irresistible para mí y este que se ha traducido en 40 países cuarenta países y va a ser llevado a la gran pantalla, se presentaba como una de las novedades más apetitosas de la temporada. Os cuento mis impresiones.

Todo es susceptible de empeorar. Lo dice una de las leyes de Murphy y Rachel Klein lo comprueba cuando una mañana, de camino a una revisión médica para el seguimiento de su cáncer, recibe una llamada que dará un giro de 360º a su ya de por sí compleja vida. Lo que oye al otro lado de la línea es de locos. Una mujer dice haber secuestrado a Kylie, su hija de trece años. Si quiere recuperarla sana y salva, Rachel debe hacer dos cosas: ingresar una importante suma de dinero en una cuenta y, lo que es más demencial, secuestrar a otro niño y repetir con los padres del mismo la misma operación de la que ella está siendo víctima porque, desde ese momento, Rachel forma parte de la cadena; y nadie puede romperla. De hacerlo, todas las víctimas caerán como fichas de dominó: Kylie, la hija de Rachel, pero también el hijo de la mujer que la ha llamado y que fue secuestrado antes. Y así sucesivamente.  

Como podéis imaginar la historia no puede comenzar de manera más prometedora. Y estresante porque, si nos paramos a pensarlo, la situación es para volverse loca. Lo del rescate, pasa, pero convertirte de buenas a primeras en una secuestradora es otro cantar. Pero el autor nos plantea ese dilema moral y es difícil pronunciarse. Si supiésemos que la vida de nuestros hijos depende única y exclusivamente de nosotros, ¿no lo haríamos? ¿Quién se la jugaría llamando a la policía? Yo lo tengo claro. Y no tengo hijos. Vosotros, ya me diréis.

Adrian McKinty ha sabido crear plantear una situación crítica y llena de tensión que, sin embargo y desde mi punto de vista, falla en la ejecución. Y es que aunque no dejo de reconocer que la novela es muy entretenida y las páginas vuelan entre la manos, un dato al que contribuye sin lugar a dudas, la prosa tan sencilla y la tensión que genera el  poner a unos padres contra las cuerdas en pos de la libertad de sus hijos, resulta un tanto facilona en sus resoluciones, y demasiados datos se han puesto sobre el mantel con una anticipación que hace que el tramo final de la historia pierda fuelle.

Toda la acción transcurre en Plum Island, una pequeña isla de Nueva York. Es fácil meterse en la piel de los personajes y aun así no me han convencido en su conjunto quizá porque me ha dado la sensación de que mueve en dos extremos: todo se complica y se resuelve con mucha rapidez. Lo que sí me ha parecido interesante esa llamada de atención que hace el autor sobre la exposición a la que sometemos nuestras vidas en las redes sociales, esa ligereza con la que vertemos datos y más datos de nuestro día a día, convirtiéndolas en un escaparate al que asisten todo tipo de espectadores.

La cadena , aunque creo que no se ha sabido sacar todo el potencial que tenía la trama, es una de esas historias que proporcionan unas cuantas horas de puro entretenimiento. Una novela que plantea un dilema moral a la vez que nos invita a reflexionar sobre temas de máxima actualidad como nuestra presencia en el universo virtual y todo lo que ello conlleva.  

Esta semana leo #44-2019

28/10/19

Toca contaros una vez más que vengo arrastrando lectura de la semana pasada. El motivo es simplemente tiempo, La sala marte de la que apenas llevo ciento y pico páginas me está gustando mucho aunque no es un libro para andar a las carreras, así que habrá que darle lo que se merece. El que sí acabé la semana pasada fue La cadena, cuya reseña os traeré en unos días. 

Simultaneando a La sala marte voy a comenzar con la última novela de Donato Carrisi, El juego del susurrador, que muchos de vosotros ya habéis leído y yo estoy deseando comenzar. 


Y, vosotros, ¿qué leéis?

La cara norte del corazón - Dolores Redondo

23/10/19

"Cuando Amaia Salazar tenía doce años estuvo perdida en el bosque durante dieciséis horas. Era de madrugada cuando la encontraron a treinta kilómetros al norte del lugar donde se había despistado de la senda. Desvanecida bajo la intensa lluvia, la ropa ennegrecida y chamuscada como la de una bruja medieval rescatada de una hoguera, y, en contraste, la piel blanca, limpia y helada como si acabase de surgir del hielo.” 
En agosto de 2005, mucho antes de los crímenes que conmocionaron el valle del Baztán, una joven Amaia Salazar de veinticinco años, subinspectora de la Policía Foral, participa en un curso de intercambio para policías de la Europol en la Academia del FBI, en Estados Unidos, que imparte Aloisius Dupree, el jefe de la unidad de investigación. Una de las pruebas consiste en estudiar un caso real de un asesino en serie a quien llaman «el compositor», que siempre actúa durante grandes desastres naturales atacando a familias enteras y siguiendo una puesta en escena casi litúrgica. Amaia se convertirá inesperadamente en parte del equipo de la investigación que les llevará hasta Nueva Orleans, en vísperas del peor huracán de su historia, para intentar adelantarse al asesino... 
Pero una llamada de su tía Engrasi desde Elizondo despertará en Amaia fantasmas de su infancia, enfrentándola de nuevo al miedo y a los recuerdos que la dotan de un extraordinario conocimiento de la cara norte del corazón. 
Una novela trepidante que emociona y quita el aliento.


MIS IMPRESIONES


La publicación de la precuela de la Trilogía del Baztán, tan aclamada por todos y de la que sin embargo yo solo he leído su primera entrega, era casi una cita ineludible ahora que, además, están a punto de llegar a la gran pantalla las adaptaciones cinematográficas de Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta. Os cuento mis impresiones.

Tras un prólogo que nos deja con la miel en los labios y nos retrotrae a la infancia de Amaia cuando con tan solo doce años estuvo perdida en el bosque durante dieciséis horas, nos trasladamos al verano de 2005 cuando Amaia Salazar, a sus veinticinco años y con el rango de subinspectora de la policía Foral de Navarra, se encuentra en la Academia del FBI en Quantico, en un programa de intercambio para policías de la Europol para los que el agente especial Dupree se dispone a impartir una conferencia.

Amaia es una joven autosuficiente, sagaz, intuitiva y de mente ágil que rápidamente despuntará entre sus compañeros, consiguiendo ingresar en el equipo especial de Aloisious Dupree, que trata de dar caza a un peligroso asesino en serie apodado “el compositor”. Un asesino que encuentra en los diferentes desastres naturales que azotan el país el escenario perfecto para perpetrar sus crímenes. El momento es delicado porque el huracán Katrina está a punto de asolar Nueva Orleans y todos tendrán que trabajar a destajo para adelantarse a tan cruel asesino.

Estos serán los mimbres sobre los que se asienta una novela de casi setecientas páginas, contaba a través de un narrador omnisciente y que alterna diferentes tramas y planos temporales: de un lado vamos a ir conociendo a la pequeña Amaia, desentrañando a través de este hilo temporal ciertas incógnitas sobre el pasado de la subinspectora que nos permitirán entender la mujer que conocimos en la Trilogía del Baztán; en otro hilo asistiremos al curso de una compleja investigación que, además, tiene como escenario una de las peores catástrofes naturales ocurridas en los últimos años: la devastación ocasionada por el huracán Katrina a su paso por Nueva Orleans y, por último, en capítulos alternos, iremos conociendo la historia de un asesino, su perfil, sus motivaciones para matar desde la óptica del equipo investigador.

La cara norte del corazón tiene una prosa cuidada y un ritmo más bien pausado, manteniendo no obstante el interés por el avance de la historia, en especial, por saber de lo acontecido a la pequeña Amaia en Elizondo y los pasos del asesino, aunque sí que considero que cierta parte de la novela, la dedicada a las creencias y supersticiones de la población de Nueva Orleans está un tanto dilatada y he sentido que la historia perdía un poco de fuelle.

Si nos ceñimos a la investigación, nos movemos en un marco temporal muy breve, apenas diez días que, sin embargo, ante la magnitud de la tragedia que supuso el Katrina parecerá mucho más amplio. Unos días en los que la autora no va a escatimar en detalles para ambientar una historia en la que se palpa la humedad, la oscuridad  y el caos, y con la que logra trasladarnos a ese clima de desconcierto, impotencia y desesperanza que a medida que transcurren las horas va prendiendo en la población local. La crítica social hacia lo que fue la actuación de la administración competente ante el desastre natural, que acabó una vez más castigando a los más desfavorecidos es manifiesta.

Una novela con un amplio elenco de personajes que nos permiten ver desde diferentes prismas (ancianos, mujeres, niños, diferentes estratos sociales…) en qué forma les afectó  la tragedia. Además del asesino, la mayor parte del protagonismo en esta historia se lo reparten la subinsepctora Salazar a la que conoceremos en dos momentos de su vida: de niña y de joven y el agente especial Dupree, un personaje realmente magnético.

La cara norte del corazón ha sido para mí una auténtica sorpresa, una novela con una trama muy buena y una ambientación impecable, en la que no solo conoceremos el ayer de Amaia sino también el hoy de una jovencísima inspectora que despliega sus dotes como investigadora en medio de un escenario realmente desolador: una ciudad donde la música nunca deja de sonar y los fantasmas están siempre presentes.  

Esta semana leo #43-2019

21/10/19

Nuevo lunes otoñal y por fin las temperaturas sureñas están llegando a lo propio de estas fechas.
Después de terminar La cara norte del corazón de Dolores Redondo, mi lectura de los próximos días será La sala marte de Rachel Kushner. Como siempre, y dependiendo de cómo venga el fin de semana quizá haya hueco para comenzar La cadena de Adrián McKinty.

Y, vosotros, ¿qué leéis?


No hay luz bajo la nieve - Jordi Llobregat

17/10/19

Un hombre desnudo y maniatado, con los párpados cosidos con un alambre, ha sido encontrado sumergido en las aguas heladas de una piscina, durante las obras de la estación de esquí Vall de Beau en el Pirineo: la infraestructura más emblemática de la candidatura hispano-francesa para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno. 
La subinspectora de homicidios Álex Serra y el teniente de policía francés Jean Cassel serán los encargados de la investigación. Después de un tiempo apartada del cuerpo por un grave incidente en el que Serra disparó a un compañero, sus superiores la envían a las montañas a investigar el caso. Serra creció en un pequeño pueblo de la zona, al otro lado del valle. Nadie como ella conoce aquel lugar. 
Con su regreso, se reencuentra con todo aquello que creía haber dejado atrás: una montaña inmisericorde, un entorno opresivo dominado por los secretos y los recuerdos de un pasado que todavía no ha superado. Ahora, además, un asesino inteligente e implacable la pondrá a prueba. 
Este será solo el primero de una serie de crímenes que tienen que ver con una historia oculta durante décadas. Solo quien la conozca podrá resolver el caso y dar con el misterioso criminal. Mientras tanto, la tormenta de nieve más devastadora de los últimos veinte años está a punto de desencadenarse.


MIS IMPRESIONES

La nueva novela de Jordi Llobregat era una de las publicaciones más esperadas de septiembre desde que quedara totalmente rendida ante la pluma de este autor en El secreto de Vesalio, una novela que ya ha sido traducida a diecinueve idiomas y vendida a más de cuarenta países. Hoy os hablo de mis impresiones sobre No hay luz bajo la nieve. 

Durante las obras de construcción de la estación de esquí de Vall de Beau, en Los Pirineos, futura candidata francoespañola para la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno, aparece el cadáver de un hombre desnudo y con los ojos cosidos con alambre. La inconveniencia del escenario, el tiempo que apremia y la brutalidad del crimen requieren una rápida y eficiente actuación policial. 

Será la subinspectora Alex Serra la encargada de la investigación, pero a pesar de sus pesares, porque Serra es una mujer muy independiente y prefiere trabajar sola, tendrá que hacerlo con la colaboración de Jean Casel, teniente de policía francés. La elección de Serra ha estado clara desde un principio; la subinspectora es una gran conocedora de la zona y de la montaña, al tratarse de un lugar muy cercano al que antaño fuera su hogar. Eso ha podido más que la suspensión de empleo y sueldo a la que estaba sometida tras el grave incidente ocurrido con un compañero un año atrás. Pero para Serra todo esto ha sido una auténtica sorpresa. Ahora, habrá de lidiar con la investigación y sus reticencias para colaborar con el equipo asignado por la comisaría de la Seu d’Urgell, sede de la Región Policial del Pirineo Occidental, y con sus propios fantasmas: pasados y presentes. Y todo esto no ha hecho más que comenzar porque pronto aparecerá una nueva víctima. 

Con estos mimbres, el misterio está servido y nos sumergimos así en una novela que bebe de varios géneros: el policíaco, el de misterio, el histórico y tiene además un leve tinte sobrenatural. De nuevo vuelvo a encontrar esas señas de identidad que tanto me gustaran de este autor en su anterior novela: su forma de describir el escenario, logrando una ambientación impecable. La montaña, la nieve y el frío pueden ofrecernos un paisaje de ensueño, pero cuando cae la noche, el aislamiento puede hacer que el mismo lugar pueda resultar realmente aterrador. 

Además de la trama principal, y a través de una serie de capítulos bajo el título de Diario de Raquel, iremos conociendo de una historia que nos remonta al pasado, concretamente a la Segunda Guerra Mundial, donde conoceremos a unas familias judías que en su huida trataba de cruzar los Pirineos. 

No hay luz bajo la nieve es una novela con una prosa cuidada, pero de ágil lectura. Una historia llena de oscuridad, de nudos, recovecos, hilos que se van soltando y se enredan y que mantienen al lector en vilo a lo largo de sus más de quinientas páginas. 

Los personajes son otro de los platos fuertes de esta historia. Muchos y variados serán los que encontremos aquí. A algunos de ellos incluso los intuiremos, otros nos sorprenderán sin remedio. De todos ellos, la inspectora Serra se lleva la palma. Es una mujer compleja, con muchos claroscuros y temas por resolver, que en su relación laboral la hacen ser en no pocas ocasiones áspera, incluso maleducada, pero sin lugar a dudas, una protagonista muy potente. 

En No hay luz bajo la nieve Jordi Llobregat ha conseguido aunar una trama potente que combina oscuros secretos familiares, asesinatos, heridas del pasado y un misterio muy bien sostenido, una ambientación impecable y ciertos personajes que llegará a erizarnos la piel. No os la perdáis.

Rialto, 11 - Belén Rubiano

15/10/19

Un día de principios de otoño de 2002, la luz de una pequeña y recóndita librería de la plaza del Rialto de Sevilla se apagó, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora había empezado a vender libros diez años antes en otras librerías, donde aprendió muchas cosas, además de su oficio. 
En la sucesión de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocación que le llevó a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con cándida sinceridad, porque salvo la satisfacción de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como había soñado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero también hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrías. 
Ante todo, la valía de estas páginas, que el lector recorrerá entre la carcajada libre y la más profunda empatía, reside en la vitalidad y el personalísimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devoción por los libros y de cómo uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueño.


MIS IMPRESIONES


Tenía muchísimas ganas de adentrarme en esta novela desde que supe de su publicación. ¿Quién de los que, como la autora, amamos los libros con locura podría resistirse a Rialto, 11? Mañana tarde tendremos la suerte de tenerla en Fnac Málaga presentando su libro. Y yo, suertuda por partida doble, seré quien la acompañe, por lo que me parecía de justicia sacar con una antelación más bien justita, todo hay que decirlo, mi reseña. Ojalá que si queda aún por ahí algún dubitativo logre darle un empujoncito y se anime a pasar por allí. Os cuento mis impresiones.

Yo tenía una librería en Sevilla. Era tan hermosa como pequeña, de techos altísimos con elegantes molduras, vitrinas con luz y azulejos catalogados por Patrimonio que no se debían horadar aunque viniera Dios y te lo ordenara el mismo y porque sí. Estaba en el número once de la plaza Padre Jerónimo de Córdoba, pero no preguntéis a un sevillano por esa dirección, pues a menos que viva al lado os dirá que, aunque le suena mucho, no la ubica. Se conoce como la plaza del Rialto por un antiguo cine al que también apandaron el tiempo y sus estragos.

Así comienza Rialto, 11, la historia de una librera sevillana que en otoño de 2012 hubo de cerrar las puertas de una pequeña librería en la que había depositado sus sueños y sus ahorros. Será la propia Belén, en primera persona, la encargada de conducirnos por una historia narrada de forma sencilla y sincera, con cierta melancolía, pero también salpicada de humor y fina ironía que harán de la lectura una auténtica delicia.

Rialto, 11 no solo recoge las vivencias de Belén durante el tiempo que estuvo al frente de su propio negocio sino que abarca un marco temporal más amplio: una década, que nos irá desgranando en una historia de cronología lineal, en la que conoceremos a una joven de apenas veinte años, valiente y decidida, que desde niña sintió verdadera pasión por los libros y tenía además las ideas muy claras: quería trabajar en una librería. Así lo hizo durante un tiempo, hasta que finalmente logró dar el salto hasta el suyo propio. De todas estas andanzas surgen infinidad de anécdotas sobre el día a día en la librería, los problemas financieros, el trato con el cliente, las dificultades con las que le toco lidiar dentro y fuera del mundo editorial o incluso los errores en los que incurrió por inexperiencia y por esa bondad infinita que sin duda tiene ella, y que de alguna manera contribuyeron anticipar su final.  

Sin embargo, y lejos de los que se pueda pensar, Rialto, 11, no es una historia triste, todo lo contrario, es una historia que rezuma amor por los libros, valentía y honestidad a la hora de encarar contratiempos. Todo ello ensamblado en una historia que, sin tener gran ritmo, atrapa por cómo está contada, por dónde está contada, porque huele a la madera de las estanterías, a café compartido, porque desprende ternura y cuando menos te lo esperas te arranca una carcajada. Dicen que no hay nada mejor que reírse de uno mismo, y desde luego, Belén ha conseguido darle a su novela ese toque de frescura y humor que contrarresta en cierta medida la gravedad de lo ocurrido.

Es muy amplio el elenco de personajes que transitan por esta historia: unos anónimos, otros muy conocidos como, por ejemplo, Vila-Matas o Rosa Regás. Y otros, que sin serlo, se convierten casi en otro protagonista más de esta historia: una pizarra.

Rialto, 11 me ha parecido una historia preciosa. Una novela valiente, contada desde la honestidad de una mujer, que a pesar de las piedras del camino ha sabido mantener intacto su sentido del humor y su amor por los libros. Una novela en la que, especialmente aquellos que amamos los libros tanto como ella, nos veremos fácilmente reflejados.  

Esta semana leo #42-2017

14/10/19

Una semana más, y como viene siendo costumbre en el último mes, vengo sin cumplir nada. Será hoy por fin cuando comience La cara norte del corazón de Dolores Redondo, una novela que emprendo con muchas ganas después de que la semana pasada acudiera a la presentación de la autora en Málaga. Como tengo una semana que más que difícil es casi imposible, y sé que voy a terminar por las noches durmiéndome por las esquinas, creo que lo prudente es no planificar nada más y darme por contenta si consigo acabar esta. 


En cuanto a lo que a reseñas se refiere, esta semana os traeré dos: Rialto, 11 de Belén Rubiano y No hay luz bajo la nieve de Jordi Llobregat. 

Y, vosotros, ¿qué leéis?

La sinagoga del agua - Pablo de Aguilar González

8/10/19

El día en que David es arrancado de los brazos de su hermano, nadie es consciente de a cuántas personas y durante cuántos siglos tendría repercusión tal acto. 
Francisco, un albañil de Los Cerros, acaba de perder a su hijo recién nacido. Antes de poder tomarlo de los brazos de su madre para enterrarlo, un grupo de cristianos exaltados por las arengas de algunos predicadores mendicantes que culpan a los judíos de haber emponzoñado los pozos llaman a su puerta armados con aperos de labranza para animarlo a seguirlos. Es el pogromo de 1391. Francisco, en mitad de la masacre dentro de la Sinagoga, encuentra escondido a Abraham con su hermano bebé en brazos. En ese momento, cree ver el remedio a toda su pena, a toda su frustración y a los reproches de su mujer. A pesar de la oposición del hermano mayor, que había prometido cuidar de él, Francisco se lo lleva para sustituir al hijo muerto. Desde ese momento, la vida de Abraham se centra en cumplir la promesa que le hizo a su madre antes de morir y regresar a David al sitio que le pertenece para cuidar de él y devolverlo a su verdadera fe. 
Pasado el tiempo David tendrá un hijo que llegará a calificador de la inquisición; pero al descubrir que su sangre cristiana no es tan pura como siempre le habían dicho, se labrará fama de implacable a pesar de todo lo que tiene que ocultar. 
Seis siglos después, unas obras descubren lo que parece que pudo ser una sinagoga junto a la casa del inquisidor. Dante y Mara van a los Cerros a trabajar en las excavaciones. Poco a poco irán descubriendo por qué aquella sinagoga no fue destruida y cómo aquellas viejas piedras les cambia la vida igual que a sus antiguos habitantes.


MIS IMPRESIONES


Encontrar una novela histórica ambientada en un lugar que por mágico tantas veces por activa y por pasiva me han recomendado visitar, era como para hacerle un hueco en la agenda. Hoy os hablo de La sinagoga del agua, una novela con la que recupero la buena costumbre de adentrarme en el género histórico y que me ha llevado a conocer a un autor al que a buen seguro le seguiré la pista. 

Úbeda, 1931. Durante el pogromo, los cristianos irrumpen en la sinagoga provocando una auténtica masacre. Escondido en el interior de una tinaja, Abraham trata de proteger a su hermano recién nacido, sin lograr impedir que un padre roto de dolor por la pérdida de su hijo arranque al pequeño de sus manos para criarlo como propio. 

Otro hilo temporal nos lleva al año 2007 a Los Cerros en Úbeda. El movimiento de tierras para la construcción de una urbanización saca a la luz los restos de una antigua sinagoga. Serán Dante y Mara, dos historiadores recién licenciados, los que tendrán la oportunidad de poner en práctica sus estudios, y comprobar si efectivamente estos corresponden a los de una sinagoga del siglo XIV. 

Pablo de Aguilar ha construido una magnífica historia en la que priman las emociones y los personajes serán el alma de la novela.Y es que con ellos vamos a sufrir muchísimo, desde el sobrecogedor inicio de la historia hasta su desenlace. Vamos a ser testigos de excepción de la vida entre cristianos y judíos a lo largo de un siglo de historia, entre el año 1391 y el año 1492, fecha en que estos últimos fueron expulsados. El autor, con una prosa sencilla, un ritmo ágil, una buena ambientación y la habilidad del que habiéndose documentado correctamente no necesita plasmar todos y cada uno de los destalles, nos adentra en una historia con mucha garra, que sabe mantener la tensión narrativa hasta su desenlace. Conoceremos de la difícil convivencia entre cristianos y judíos en la época, el sentir de unos y de otros, las muchas barbaries llevadas a cabo por ambas partes y cómo esa obsesión por el linaje llevó al sufrimiento de tantas y tantas familias. 

En alternancia con el hilo histórico que corre a cargo de un narrador omnisciente, encontramos el del presente, narrado por Dante de Alcaraz, un protagonista con el que me ha resultado muy difícil empatizar y cuya trama, aunque necesaria para dar paso a la histórica, desde mi punto de vista se extiende más de lo necesario, llegando incluso a descompensar la novela en detrimento de la historia del pasado que es mucho más potente e interesante. 

En lo que se refiere a los personajes, y siempre centrándome en el pasado, que es el hilo que me ha convencido por completo, debo decir que son realmente inolvidables. Es imposible sustraerse a su dolor o no hacerse cargo de la cantidad de fichas de dominó que caen con uno solo de nuestros actos. Abraham es un personaje diez, de esos que incluso hubiesen dado para mucho más desarrollo. Tomás también es de esos que no olvidas fácilmente. El elenco está muy logrado y pocos personajes nos dejarán indiferentes: entre el amor y el odio nos debatiremos. 

En resumen, La sinagoga del agua es una historia preciosa que nos llevará a vivir un revoltijo de emociones en compañía de sus protagonistas. Una novela en la que me ha sobrado parte del hilo presente, pero que me ha convencido en su conjunto y me acerca a un autor al que sin duda buscaré en futuras publicaciones. 

Esta semana leo #41-2019

7/10/19

Que los días solo tienen 24 horas se pone últimamente más de manifiesto en mi agenda en la que parece que cada vez encuentro menos hueco para leer y reseñar. A la vista está el ritmo que tengo. No obstante, lo sigo intentando, a ver si una semana de estas logro bordarlo. 
Comienzo la semanita con En la sangre, la nueva novela de Laura Gomara. Y como todo parecen ser citas y presentaciones esta semana en Málaga, intuyo que no será hasta el fin de semana cuando logre comenzar La cara norte del corazón de Dolores Redondo, pero lo haré con el libro firmado porque la autora estará este próximo martes en Málaga presentando su libro.


En cuanto a las reseñas, esta semana os traeré dos: La sinagoga del agua y La danza de los tulipanes. 

Y, vosotros, ¿qué leéis?

Las hijas de la tierra - Alaitz Leceaga

2/10/19

megustaleer - Las hijas de la tierra - Alaitz LeceagaUna tierra maldita.
Una mujer dispuesta a luchar por el poder.
Un gran misterio que debe salir a la luz. 

Año 1889, La Rioja. Hay quien dice que una maldición se ciñe sobre los viñedos, secos desde hace años, de la finca Las Urracas. Mientras las grandes bodegas de la región comienzan su edad dorada, Gloria -la joven hija del propietario- languidece en la vieja mansión familiar, viendo aproximarse otro otoño sin cosecha. 
Sometida a la autoridad de una tía cruel y un padre ausente, Gloria verá cambiar su vida de un día para otro cuando tenga que ponerse al frente del negocio familiar. Será entonces cuando comience una larga batalla que la enfrentará a los bodegueros y caciques locales, que no conciben tener como rival a una mujer. Y menos a una que pone en duda sus viejos privilegios. 
Con la ayuda de sus hermanas, Gloria luchará por recuperar el esplendor de sus viñedos, al tiempo que se adentra en los secretos que esconden las habitaciones cerradas y los campos muertos de Las Urracas. Bajo la sombra de una maldición que solo al final sabremos si es cierta, las mujeres de esta novela lucharán, sin miedo a nada ni a nadie, por el poder que les pertenece.


MIS IMPRESIONES


El bosque sabe tu nombre fue para mí una de esas historias tan sorprendentes como inolvidables. Deseando estaba volver a leer a esta autora. Hoy os hablo de Las hijas de la tierra, su segunda novela. Y aun a riesgo de que penséis que os cuento poco de ella, no puedo ser más precisa en algunos temas para no estropearos la lectura. Sí que os adelanto que es imprescindible.

La Rioja, 1889. Las vides de la finca Las Urracas están secas. Son ya muchas cosechas sin producción y la familia está al borde la ruina. Dicen que las Veltrán-Belasco son seres endemoniados. Su mayor seña de identidad es una larga y rizada cabellera, roja como el fuego. Conoceremos a Gloria, la mayor de estas tres hermanas huérfanas de madre, a sus diecinueve años, mientras disfruta en compañía de Rafael, su mellizo a orillas del lago de La Misericordia, un lugar lleno de leyenda.

Será ella, en presente y en primera persona, la encargada de conducirnos a través de un impresionante relato, que te atrapa sin remedio. Su inicio es absolutamente desconcertante. En él se funden el presente y pasado de esta familia con una ambientación impecable en la que la superstición estará muy presente. Pero también la maldad y el odio enquistado, que parece habitar los múltiples rincones de ese nuevo San Dionisio, el pueblo riojano en el que está ambientada esta historia. Ella nos contará como perdió a su madre nueve años atrás o mucho antes su tía Clara. También por qué las llaman las endemoniadas. Y a partir de ahí, ya no podremos parar. 

Alaitz repite algunas de las fórmulas que tan bien le funcionaron en El bosque sabe tu nombre y, entiendo ahora, son sus señas de identidad. Un relato con el que la autora disecciona la vida de una región en una época en la que el machismo imperaba y la mujer, carente de cualquier derecho, era un títere al servicio del hombre. La defensa frente a la rebeldía era siempre una acusación: de locura, de brujería… Sin embargo, era tan diferente en Francia, qué contraste de libertades. También habrá espacio para temas de otra índole como la homosexualidad y, sobre todo, para conocer sobre el origen de la industria vinícola en la zona y todas las vicisitudes con las que tuvieron que lidiar cuantos apostaron por ella.

Pero nada es una historia sin sus personajes y la familia Veltrán-Belasco da para mucho. El timón aquí lo llevan las mujeres, qué duda cabe, y las hermanas Veltrán-Belasco son unas chicas fuertes, dominadas por los suyos, pero de esas que no se achican ante las adversidades. Gloria es el alma de la historia, un personaje brutal y potentísimo; una mujer camaleónica que crecerá con la historia. Teresa, con una mente más científica también me ha conquistado de principio a fin. Y la pequeña Verónica, tan emocional y con una historia tan tremenda se me queda clavadita en el corazón. Habrá personajes realmente deleznables, otros que cambian según se los mire, pero todos realmente inolvidables.

Las hijas de la tierra es una novela en la que se dan la mano el género histórico, la saga familiar y ciertos ingredientes sobrenaturales. Y en este último punto, tengo que hacer un inciso para los más escépticos: los que tengáis la intención de salir huyendo, podéis hacerlo libremente, pero habréis perdido una historia maravillosa. Dejad a un lado los prejuicios y atreveos. Todo está tan bien en la historia que os va a encantar, en su conjunto y sin excepciones.

Esta será sin lugar a dudas una de mis mejores lecturas del año. La elegancia de la prosa de Alaitz, la potencia de la trama llena de secretos, mentiras, maldades...así como la impecable ambientación y unos personajes muy veraces son motivos suficientes para que esta sea una historia de la que puede disfrutar un amplio elenco de lectores. No os la perdáis. 
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