«El corazón ajeno es un reino ingobernable.»
De un día para otro, la felicidad de Mathilde se derrumba cuando Étienne le anuncia «Voy a dejar el apartamento». No «Voy a dejarte». Pero Mathilde, profesora de literatura (en ese preciso momento está descubriendo La educación sentimental de Flaubert a sus alumnos), comprende lo terrible de la frase.
¿Cómo es posible que ese hombre al que ha amado locamente durante cinco años ya no la ame? ¿Cómo no hundirse frente a un vacío tan repentino como inaceptable? ¿Qué futuro le espera? Devastada, deja que su hermana Agathe la acoja en el pequeño piso que comparte con su esposo Frédéric y su hija Lili.
Gradualmente, se empiezan a tejer nuevos lazos, insospechados, en este nuevo seno familiar donde todos luchan para encontrar un equilibrio. Hará falta muy poco para que todo dé un vuelco, porque Mathilde revela una nueva personalidad, tan peligrosa como inesperada.
FICHA DEL LIBRO
MIS IMPRESIONES
Cualquier momento es bueno para acercarse a Foenkinos, pero de sobra sabía yo que en medio de una cuarentena, con los sentimientos a flor de piel, esta historia dejaría una huella indeleble. Os cuento cuánto me ha gustado Dos hermanas.
Cinco años llevan juntos Mathilde y Éthiene cuando él, tras unos días bastante esquivo, le lanza a su chica el misil más destructivo que ella jamás pudo imaginar, y lo hace con una simple frase: Voy a dejar el apartamento. Una frase que explosiona en ella, se le expande como la espuma, la aniquila, la desestabiliza, la noquea…Ella necesita tiempo para asumir la magnitud de la tragedia, y a la vez todo ocurre demasiado rápido porque, de la noche a la mañana, Éthiene ya no está, ya no es…, ya no será…, o sí es, pero no para ella, no en su vida. El “nosotros” futuro acaba de saltar por los aires, y esa certeza es demoledora.
Ethiene no había contestado a los mensajes de Mathilde; no porque no le dieran pena, sino porque consideraba que no tenía nada que decir. Había tomado una decisión que estaba causando graves daños sentimentales, ¿era posible añadir algo? Seguir viendo a Mathilde habría sido como ampliar la zona pantanosa. Es imposible romper con delicadeza.
Partiendo de la separación, Foenkinos analiza las relaciones de pareja desde una doble vertiente: la del que se queda enganchado a una pesada rueda de inercia que es imposible frenar y sufre lo indecible tratando de entender, de asumir, de representar ante los demás y finalmente, sabiéndose perdedor, se abandona al dolor, hasta la otra cara de la moneda, la que se supone más fuerte por haber tomado la decisión y haber, con un periodo de gracia, de adaptación. A pesar de ello, el autor, como suele ser habitual en su narrativa, no inclina la balanza por ninguno de ellos: expone certezas, evidencias, verdades como puños que desde fuera, a los ojos de los demás (dichosos ojos que están fuera), caen por su propio peso.
Quizá por aquello de la justicia poética esta es la historia de Mathilde, una mujer totalmente entregada en su profesión como profesora de literatura. Una historia contada en tercera persona, con una prosa bellísima y a la vez concisa, pero cargada de emotividad, en la que hay párrafos que se te clavan como alfileres en el corazón. Una historia oscura, que avanza y retrocede a través de los recuerdos de sus protagonistas y que son los que nos van permitiendo ensamblar piezas y entender el porqué de la decisión de Éthiene. Imposible contarlo sin haberlo sentido, impresionante esa capacidad del autor de plasmarlo en un texto, y acariciar con sus letras el alma al lector.
Dos hermanas es una novela muy breve, apenas ciento cincuenta páginas que se leen casi de una sentada, y se divide en dos partes no tituladas que podríamos resumir como Mathilde y su derrumbe, y Mathilde trata de salir a flote con ayuda de su familia.
Y os preguntaréis de dónde viene ese título, pero viene muy al caso porque no es esta solo la historia de una ruptura, ni de dos personajes y sus vidas anteriores y posteriores, sino una novela que además habla de la familia, de dos hermanas muy diferentes, la amplia gama de colores que puede tener la felicidad para cada persona, el equilibrio emocional y su estrecha relación con el entorno laboral o las nuevas formas que revisten las relaciones interpersonales en nuestra era. Y todas estos temas y otros tantos más se nos van a quedar en la cabeza dando vueltas aun después de cerrar el libro.
Qué delgada es la línea que separa el amor del dolor y sus desvaríos. Foenkinos ha escrito una historia demoledora: preciosa, dolorosa, inquietante, capaz de zarandear al lector. Una novela llena de recovecos, con unos personajes potentes, llenos de aristas, y con un cierre impactante del que aún estoy tratando de reponerme. No os la podéis perder.