Dos hermanos pequeños se sumergen en la profundidad del bosque en busca de leña, cuando una extraña criatura alada se materializa ante sus aterrorizados ojos…
A partir de aquí se desencadena una vertiginosa trama de aventuras, intriga y romance en el desconocido y deslumbrante Japón clásico del periodo Heian, cuya capital se convertiría en centro cultural más floreciente del mundo, desarrollándose un culto a la belleza y al complejo ceremonial cortesano como nunca antes se había conocido.
El emperador, fuente absoluta del poder, a quien se le atribuía un origen divino como descendiente directo de la diosa solar Amaterasu Okami, gobernaba sobre una población empobrecida, salvo por una minoría conformada por la privilegiada aristocracia. En todo caso, la mentalidad de unos y otros se hallaba impregnada por la creencia en todo tipo de demonios y criaturas sobrenaturales —los yokai—, que desde tiempos inmemoriales formaban parte del folclore japonés e influían directamente sobre sus vidas.
En este universo de leyenda tendrán lugar las vicisitudes de los tres protagonistas: Asatori, un humilde campesino; Katsumi, una dama erudita; y Tokinobu, un agente de la Guardia Ciudadana, que al comienzo de la historia nada tienen en común. Cortesanos, aristócratas, princesas, adivinos y guerreros expertos en artes marciales se codean en esta vertiginosa narración que también incluye personajes reales, como el emperador Kanmu o el comandante Sakanoue no Tamuramaro.
MIS IMPRESIONES
Ya sabéis que la novela histórica
está entre mis géneros preferidos y de la mano de José Vicente Alfaro es muy
fácil aprender muchísimo sobre civilizaciones o épocas poco tratadas en
literatura. Aunque hasta la fecha ha venido autopublicando sus novelas, por fin
la editorial Planeta a través de su sello Martínez Roca ha apostado por su último
trabajo. Os hablo de la fragilidad del crisantemo.
Como no podía ser de otra manera
y aunque mucho se ha escrito sobre el Japón medieval y los samuráis, este autor
en su afán por mostrarnos culturas menos conocidas, nos traslada en La fragilidad del crisantemo a
una época anterior: el periodo Heian, una época de paz y esplendor, fundamentalmente
desarrollada en Heian-Kyo (actual Kioto), donde las artes y las letras, en
especial la poesía marcaban el modo de vida tanto de la aristocracia como de la
nobleza, a la cabeza de los cuales se encontraba el emperador Kanmu, la máxima
autoridad en todas las esferas y cuya figura se suponía descendiente de la
diosa del sol y divinidad suprema de la nación, Amaterasu Okami. Y así, en una
sociedad de jerarquizada, elitista, ceremoniosa, de creencias religiosas muy
arraigadas, con infinidad de dioses, lugares y objetos sagrados, donde conviven
el sintoísmo y el budismo, llegamos al siglo IX d.C.
En un bosque de la provincia de
Yamashiro, los tengu (unas criaturas sobrenaturales, aladas y con un largo
pico, a caballo entre un ave y una persona y que habitan en los bosques y las
montañas) han apresado a una nueva víctima. De nuevo un niño campesino que casi
con toda certeza jamás aparecerá. A pesar de que la población rural está cada
vez más preocupada por el asunto, las autoridades han hecho caso omiso del tema
dada la baja consideración que tienen en el marco de la sociedad los campesinos,
considerados poco más que animales incapaces de sentir como la alta sociedad.
Asatori, un joven campesino que
en la actualidad tiene dieciocho, consiguió volver después de ser raptado por
los tengu y, aunque no recuerda nada de su desaparición con tan solo diez años,
en una sociedad marcada por la superstición, la brujería y las prácticas
ocultistas, ha tenido que vivir con el estigma de estar maldito. Su aislamiento
y la imposibilidad de formar familia le llevan a tomar la decisión de buscar un
nuevo futuro lejos de su aldea.
En otro hilo conocemos a Katsumi,
una joven ilustrada, hija de un aristócrata muy vinculado al mundo de las
letras, y cuya pasión ha heredado. Tiene edad de elegir pareja, pero es una joven con las ideas muy
claras, una gran capacidad analítica y lógica, y el hecho de no estar dispuesta
a someterse a determinadas reglas relacionadas con los estándares de belleza
femenina de la época complica su decisión.
Por último, conocemos a Tokinobu,
un joven que trabaja en la Guardia ciudadana (un cuerpo similar a la policía),
y que al proceder de un linaje inferior tiene dificultades para emparentar con una
dama de la aristocracia a la que pretende y para cuyo fin pedirá ayuda a su
amigo Oshimoro, un famoso perfumista.
Tres hilos argumentales se irán
desarrollando hasta encontrar un punto de unión en una novela narrada de forma
sencilla, con un ritmo muy ágil que, con un misterio como eje central de la
trama, nos muestra un fresco de la sociedad nipona de la época: sus deidades,
su rígida jerarquía social y la imposibilidad de las clases más desfavorecidas
de escalar sin más razón que su origen, la distribución de la tierra y su
propiedad, la ceremonia del cortejo y la
importancia de hacerlo de acuerdo con unas reglas, la estructura de sus ejércitos, sus luchas intestinas y sus planes de expansión.
La fragilidad del crisantemo vuelve
a confirmarme que José Vicente Alfaro tiene una habilidad especial para aunar novela
histórica y entretenimiento. Es uno de esos autores ideales para aquellos que tengan
más miedo al género se atrevan con él porque a buen seguro repetirán la
experiencia. A mí me ha encantado conocer este Japón clásico, su cultura, y en
especial esos wakas de ida y vuelta que forman parte de su cortejo.
A mí me pasa lo contrario que a ti, que con la novela histórica no encajo. Me alegra que la hayas disfrutado tanto ^^
ResponderEliminarA mí la novela histórica me gusta, pero la ambientada en el Japón medieval no tanto. El sueño de Creta del autor me gustó bastante, por lo que viendo las buenas opiniones que estáis dando de esta nueva novela, me lo voy a pensar.
ResponderEliminarBesos
¡Holaaa!
ResponderEliminarAy me encantaría saber más sobre esa época de China, me gusta la novela histórica y me encanta leer sobre oriente así que creo que este libro es perfecto para mí, espero disfrutarlo tanto como tú ^^
¡muchos besos!
Solo he leído una novela de este autor y me gustó así es que no descarto leer esta este verano.
ResponderEliminarBesos
Por lo que cuentas parece bastante interesante aunque confieso que no soy una gran fan de las novelas históricas... el hecho de que el autor se haya centrado en Japón es un punto a su favor. Tomo nota por si acaso. Un saludo!
ResponderEliminarPues reconozco que esta ambientación no me llama mucho, aunque bien es verdad que con este autor no me importaría encontrármela, suele hacer de sus novelas unas lecturas muy amenas e instructivas, pero no sé si el verano me dará para tanto...
ResponderEliminarUn beso
Me gustan las historias de Alfaro por muchas razones: nos acercan civilizaciones perdidas, o menos conocidas, escribe de manera maravillosa, y también, pero no menos importante, son autoconclusivas... (Llevo fatal las novelas historicas que son trilogía, bilogia, etc... Todavía estoy por leerme la segunda parte de Escipión el Africano y es que me entra una pereza...)
ResponderEliminarUn besazo
Pues estr autor siempre le toca a mi compañero de blog y la verdad es que siempre digo que lo voy a leer pero creo que solamente he leído una 🙄😱
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Me gustan mucho las historias de Alfaro, son una fuente de aprendizaje y las historias particulares son siempre muy bien encajadas. Me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarBesos
Paso de puntillas por tu reseña porque estoy justo terminándolo, de momento coincido con tus impresiones finales.
ResponderEliminarBesitos
De la Histórica huyo como de las llamas del Infierno pero a veces... Esta tiene a su favor que es una época que me gusta por esa parte "mágica" y de brujerías y además es una cultura muy exótica. Podría ser.
ResponderEliminarBesos
Me llama mucho la ambientación de esta novela y por lo que cuentas, creo que me podría gustar mucho, así que apuntada me la llevo.
ResponderEliminarBesotes!!
Hola, Mª Ángeles. Hace mucho que no leo histórica y más de Japón, no la descarto ya que no he leído a este autor.
ResponderEliminarBesos.
A mí la histórica me cuesta, pero este autor me apetece mucho y creo que este es el título que más me atrae. Me encanta la cultura japonesa así que después de tu reseña no me quedan muchas dudas ;)
ResponderEliminarBesitos
Me gustaron las tres novelas anteriores de Alfaro y, por las reseñas que leo sobre La fragilidad del Crisantemo, seguro que la disfrutaría. Besos.
ResponderEliminarEsta vez no me lo llevo, la ambientación no me llama
ResponderEliminarBesos
La novela que leí del autor me gustó y tengo alguna otra en el kindle pendiente, que irán antes que esta, aunque la tendré en cuenta para más adelante.
ResponderEliminarUn beso ,)
Todavía no he leído nada de este autor cuyos libros siempre tienen muy buenos comentarios. Besos.
ResponderEliminarPues no tiene mala pinta esta novela.
ResponderEliminarMe alegro que la hayas disfrutado tanto. Tiene buena pinta, no lo niego :)
ResponderEliminarEs todo un gusto leer a este autor. He disfrutado bastante de la novela.
ResponderEliminarMe encanta este autor... Y ya sabes que la histórica me cuesta, pero que desde lo conocí con su Bajo el cielo de los celtas, para mí es una apuesta segura...
ResponderEliminarDe hecho, ayer me enteré que había ganado un ejemplar en un sorteo, así que dentro de poco me podré adentrar entre sus páginas...
Feliz domingo!!
Leyendo tu reseña casi que me animo con el género, aunque no es lo mío. Creo que la leeré en las vacaciones de verano, que parece que cuesta menos salir de nuestra zona de confort. Bss.
ResponderEliminarConcha Yunta