Cartas a Siracusa - Lucía Feliú

Editorial Almuzara

Páginas: 376 

Precio: 19,95 euros

Sinopsis

Cuando Ángela Blanco, bióloga del CSIC, acepta participar en la investigación de tres corposantos a petición del Vaticano, no puede imaginar a qué tendrá que enfrentarse. Ya en la Ciudad Eterna, conocerá a sus otros compañeros: Francesco, un entrañable sacerdote, arqueólogo de profesión, y Olivier, biólogo francés, divertido y espontáneo. Sin embargo, pronto chocará con la arrolladora personalidad de su nuevo jefe, el doctor Teo Valdés, un profesional de prestigio al que admiraba desde sus años de facultad.

Ángela, de vida solitaria y volcada en su trabajo, descubrirá en Valdés a un hombre que le provoca sentimientos encontrados. Pero el reto profesional que les exige la investigación en Roma tampoco la dejará indiferente. Ella y sus compañeros deben confirmar la identidad de tres mártires de los primeros siglos del cristianismo. El trabajo, en un principio asequible al equipo de científicos, comienza a complicarse inesperadamente. El hallazgo de una carta escrita por un cristiano del siglo II a su hijo, en Siracusa, les llevará a embarcarse en una investigación paralela a la encargada por quienes les contrataron. La desconfianza hacia sus patrocinadores aumenta a medida que van desentrañando datos del autor de la carta. Pero lo que desconocen es que ese incansable empeño por descubrir la verdad les arrastrará hacia un peligroso callejón sin salida.

"Cartas a Siracusa" seduce desde la primera página. A la novela de intriga, en la que se concitan la aventura y el suspense, se une una historia de amor vivida intensamente por sus protagonistas. Lucía Feliú ha sabido aunar la aventura con la documentación confiriendo a la novela el interés preciso para llevar al lector hasta el desenlace sin apenas sentirlo.

Lucía Feliu Zamora, licenciada en Filología Inglesa, realizó estudios de Postgrado y cursos de especialización en Guildhall University, Londres y en Portobello House International School, Dublín, además de en la Universidad de Toulon, Francia. Ha vivido largas temporadas en países como Irlanda, Inglaterra, Francia, Grecia, Turquía, Italia y Marruecos, y en la actualidad es profesora de Inglés en un Instituto de Enseñanza Secundaria en Sevilla, ciudad donde nació. Desde niña escribe cuentos, microcuentos y relatos y, ya adulta, se adentra en las lindes de la novela con títulos como "Blue Moon", "El secreto del Maloca" o "El Faro de Beaumont Place", entre otros. Su gran pasión, junto a la escritura, es viajar, y consigue refundir ambas en su oficio como narradora.

Mis impresiones

La novela que os traigo hoy he estado entrando y saliendo de mi lista de lecturas deseadas durante un periodo más o menos largo. En realidad, no sé por qué razón cuando leía determinadas reseñas pensaba que no era una historia para mi. Cuando Lucía Feliú me escribió para ofrecerme la novela pensé que debía darle una oportunidad a la historia porque estaba cosechando muy buenas opiniones. Qué buena decisión tomé porque os puedo asegurar que la historia me ha encantado. El porqué de esa preciosa portada lo iremos descubriendo a medida que avanzamos en la trama. Esa rosa negra tan preciosa tiene su por qué y os invito a descubrirlo.

Conocemos a Ángela, en el hospital. Tras haber sufrido un grave accidente mientras se encontraba en Egipto con Teo Valdés, su jefe, ha sido trasladada a España para su recuperación. Teo está detenido y acusado de haber causado el accidente de tráfico en el que fallecieron otros dos acompañantes.

Va a ser la propia protagonista la que nos cuente en primera persona su historia. Mientras se recupera en Madrid de sus lesiones, echará la vista atrás narrando todo lo acontecido en su vida desde que fue requerida por el CSIC para una investigación.

Ángela Blanco trabaja en Madrid como bióloga molecular en el CSIC. Es la mejor en su campo y, desde la dirección de la empresa, le proponen llevar a cabo una investigación en Roma. El Vaticano tiene serias dudas sobre la verdadera identidad de tres mártires y ha solicitado ayuda al  CSIC para aclarar el asunto.

Ángela trabajará en un grupo integrado por Teo Valdés, un antropólogo forense de reconocido prestigio en nuestro país; Olivier Boutry, un francés también especialista en biología molecular y Francesco Rossi, especialista en arqueología cristiana en el Vaticano.

Lo que, en principio, iba a ser una investigación más, se complica cuando el grupo descubre que uno de los cuerpos objeto de examen ya ha sido estudiado por alguien más. Al indagar en el asunto descubren la carta de un cristiano a su hijo que data del siglo II, un documento que despierta el interés de todos y que les llevará a poner en grave peligro sus vidas. Además, desde el principio, Ángela se sentirá atraída por el jefe del grupo, Teo, un hombre que provoca en ella sentimientos encontrados.

Cartas a Siracusa es una novela en la que se combinan investigación, intriga, historia, romanticismo y aventuras a través de una trama muy bien hilada, con buen ritmo y que nos mantendrá expectantes hasta las últimas páginas del libro. En este sentido, hay que destacar que la autora ha debido documentarse muy bien para lograr ensamblar la investigación científica con un hilo histórico que nos remonta a la situación de los cristianos en los primeros siglos de nuestra era. La relación entre la protagonista y Teo Valdés me ha gustado muchísimo aunque algunos comportamientos de ella resulten un tanto inmaduros para sus años. Creo que el personaje de Teo está perfilado de tal manera que no habría fémina que no cayera rendida a los pies de tan apuesto caballero.

Aunque la trama en sí me ha convencido completamente y los detalles del curso de la investigación en torno a los tres corposantos me han parecido mucho más interesantes de lo que en principio esperaba, ha habido algunos detalles en el cierre que me han resultado demasiado casuales quizá un poco precipitados.

Del elenco de personajes, cabe destacar: Ángela Blanco, es una mujer de treinta y tres años, muy despierta y con un claro objetivo, mejorar profesionalmente; Teo Valdés, un atractivo antropólogo forense de cuarenta y tantos años. Posee una gran experiencia en su campo aunque, en principio, se muestra con el grupo un tanto altivo. Será el jefe de la investigación; Olivier Boutry es un joven francés muy alegre, también biólogo molecular y sobradamente preparado. Aportará a los diálogos un punto de humor. Por último, Francesco Rossi, es un sacerdote del Vaticano especialista en arqueología, un hombre muy meticuloso y entrado en años que se ganará enseguida el cariño del grupo.

La novela destaca por la gran cantidad de escenarios que la componen y la belleza de algunos paisajes descritos. Así pasaremos por Madrid, Roma, Zahara de los Atunes (Cádiz), El Cairo y Alejandría en Egipto y, por último Turquía.

Está compuesta por trece capítulos de mediana extensión más epílogo en los que existe un perfecto equilibrio entre diálogo y narración. La acción transcurre en la actualidad  y abarca un período de aproximadamente un año.

En resumen, Cartas a Siracusa me ha resultado una novela de lo más interesante desde el punto de vista de la investigación que lleva a cabo, con una intriga bien mantenida a lo largo de sus páginas y aderezada con una bonita historia de amor.

Valoración: 7,5/10