MIS IMPRESIONES
A pesar de contar con dos ejemplares más en mis estantes, de momento durmiendo el sueño de los justos, tres
son las novelas que hasta la fecha he leído de Salvador Navarro: El hombre que
ya no soy, No te supe perder y esta de la que hoy os hablo, Nunca sabrás quien
fui: para mí, sin duda, su obra cumbre hasta la fecha y la que lo mete de lleno entre mis autores de cabecera.
Año 2017. Cuando Alex, tras la publicación de un artículo
sobre el régimen chavista en la revista para la que trabaja, conoce
a Lola, una atractiva venezolana de armas tomar que tras encararse con él le ofrece
cinco mil euros mensuales por trasladarse a Sevilla y hacerse íntimo amigo de un
empresario llamado Dan, no ve forma de renunciar a su oferta. La precariedad de sus
condiciones laborales en Madrid, la necesidad de poner tierra de por medio con
su Galicia natal y la posibilidad de convertir en realidad su sueño de ser escritor determinan que haya poco que
pensar, aun a sabiendas de que en la oferta hay gato encerrado y, como casi todo
en la vida, tendrá un peaje. Lo que no puede imaginar ni por asomo es el entramado en el que se va a adentrar.
La metaliteratura elevada a su máxima potencia inunda esta novela que alterna dos tramas en la que el autor juega a su antojo con el lector: lo despista, lo descoloca, lo desconcierta, le deja hacer cábalas, cambia a los personajes de silla, construye una historia para después deconstruirla...casi lo vuelve loco para premiarlo con un desenlace en el que cada pieza acaba ensamblando a la perfección en una obra de ingeniería sevillana, aunque por momentos nos parezca estar leyendo al afamado Joël Dicker.
De una parte, tenemos la trama principal, por llamarla de algún modo, porque en
algunos momentos la novela dentro de la novela se come a la primera, y puestos a elegir no sabría cuál me ha gustado más de las dos. Protagonizada
y narrada por por Alex en primera persona, tiene como escenario principal la
capital hispalense, ciudad natal del autor: un escenario que termina calando de lleno en
un lector, que se ve paseando por sus calles como un personaje más de una historia
que te enreda en su tela de araña, está llena de guiños literarios, trampas y
rizos. Y es que Navarro, fiel a su estilo, hace lo complejo sencillo y, de una
forma directa, a través de capítulos cortos, llenos de diálogos y de acción, con
las descripciones justas para mantener en todo momento el buen ritmo al que avanza
la novela, pero con mucho mimo, hace un trazado de Sevilla cabo a rabo: su
zona empresarial, los locales más exclusivos, garitos de moda y otros tantos
lugares donde poder tapear, que ofrecen además de una trama extraordinaria y
llena de emoción, el plus añadido de una guía gastronómica y de ocio de la
ciudad.
De otra parte, no siempre en capítulos alternos, pero casi
con la misma entidad que la historia principal vamos conociendo, a través de un
narrador omnisciente, la novela dentro de la novela: la historia que escribe
Alex Panelas, que aparece en cursiva; una historia que arranca en Colombia mucho tiempo atrás, en 1974,
para después moverse en otros escenarios como Nueva York y Sevilla principalmente y que acaba convergiendo con la trama principal.
Mención especial merece la forma en la que se despliega la
historia, muy al estilo de Dicker como ya os comentaba, pero con ese sello tan personal
de este autor, que sabe como pocos manejar los hilos que mueven a los personajes y plasmar emociones en un papel: sin aditivos
ni edulcorantes, tan crudas a veces y tan emotivas otras, como la vida misma. Y aunque
a mí eso de las etiquetas no me gusta demasiado, a él lo veo como un autor muy
de personajes. Sabe dibujarlos, humanizarlos, hacer que te enfrentes a algunos y
te veas en un espejo. Y quizá por eso, sus historias duelen, porque están llenas de
emoción y de cercanía. En esta ocasión serán tantas y tan buenas que será imposible adentrarse en ellas y
no vibrar al compás de las mismas. A pesar de que me gustaría hablaros de varios personajes que me han robado el corazón, lo mejor, desde mi punto de vista, es ir a ciegas al encuentro de ellos. Volved y contarme, por favor, me encantaría comentarla con vosotros una vez leída.
Nunca sabrá quién fui es una novela redonda en la que nada es lo que parece. Una de esas historias de personajes tan vivos como inolvidables que, una vez empiezas, te quema en las manos. Ellos, con su carga de realidad y las imperfecciones que esta acarrea, reflejarán lo mejor y lo peor del ser humano y llenarán las horas de lectura de sospechas, dudas o traiciones; también de valentía, amor y generosidad en el más amplio sentido de la palabra. A mí me ha emocionado muchísimo y no puedo más que quitarme el sombrero y recomendaros su lectura.
No hago más que leer cosas buenas de esta historia, lo que acrecenta mis ganas de leerla. No la he comprado todavía pero, sin duda, acabará cayendo... soy débil.
ResponderEliminarGracias por la recomendación
Es tremenda. Poco se puede comentar sin adelantar algún giro inesperado al futuro lector. Hay que leerla para poder hacerse una idea de cómo te enreda y te presenta una historia en la que nada es lo que parece hasta el final, dónde te vas dando cuenta cómo han embaucado al protagonista tanto como al lector y que termina por no creer ni entender... Tremenda.
ResponderEliminarBuenos días:
ResponderEliminarConocía el libro por otra reseña que leí hace unas semanas. En su momento ya me pareció interesante, ahora me confirmas mi impresión con tu estupenda reseña.
Un abrazo
Hola. Me encanta eso que dices de autor de personajes y que construye muy bien las historias por lo visto . Este libro me llama muchísimo la atención, y me gusta cómo se expresa el autor al que sigo por insta. Todavía no he leído ninguna de sus novelas y creo que podría empezar por este.
ResponderEliminarBesos
Leí la anterior novela del autor y me gustó mucho y por las reseñas que estoy viendo de este libro, creo que me va a gustar más todavía. Tendré que hacerle hueco.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me encanta tu reseña, no cuentas nada y es que hay que leerla a pelo, sorprendiéndote a cada paso, que es lo que estoy haciendo, recreándome en esa Sevilla que convierte en un personaje más, con la cabeza ladeada viendo las cartulinas de colores.
ResponderEliminarBesos
No me extraña nada de nada de nada lo que cuentas :)
ResponderEliminarQué tentadora, me parece una lectura ideal para mí. Ya la tenía anotada pero la reanoto 😉🥰💋
ResponderEliminarLa tengo apuntada y comprada y la leeré en breve. Esa novela dentro de la novela de forma que una se confunde con otra me atrajo desde la primera reseña que leí. No sabía nada del autor, pero veo que tiene ya bastante obra.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, sigo al autor en redes sociales pero por una cosa u otra no he leído nada de él. Apuntada tengo esta novela, de la que no dejo de leer estupendas reseñas. Apuntado lo tengo ya. Besinos.
ResponderEliminarMe paso muy de puntillas por tu reseña, porque es una de mis lecturas de febrero. Me gustó mucho El hombre que ya no soy y las expectativas que tengo con la última novela de Salvador Navarro son muy altas, corroboradas por tus buenas impresiones. Besos.
ResponderEliminarAgradecido por estar siempre tan bien reseñado por ti. No imaginas la fuerza que me transmite una crítica como la tuya.
ResponderEliminarEs bueno que tenga personajes vivos ❤
ResponderEliminarPaso por encima de tus impresiones porque es mi actual lectura. La verdad es que Salvador me tiene totalmente despistada y eso ya tiene mucho mérito. Besos
ResponderEliminarNo tiene mala pinta esta novela y viendo lo mucho que te ha gustado lo tendré muy presente.
ResponderEliminarUn beso
Cuánto me alegra que te haya gustado tanto. Salva se lo merece. Yo la tengo pendiente de lectura. Voy a tardar un poquito en hacerlo por ciertas cuestiones que ya le expliqué al autor. Necesito cierto tiempo. Besos bonita.
ResponderEliminarQué bien que lo hayas disfrutado y hayas recuperado la rutina lectora. Espero no tardar en ponerme con él. Un besote!
ResponderEliminarAhora mismo no me atraen mucho este tipo de novelas aunque tu reseña es una maravilla. Besos
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