El silencio de las hayas - Mikel Alvira

El silencio de las hayas

Autor: Mikel Alvira

Editorial: Ttarttalo

Páginas: 392 

Precio: 23 euros

Sinopsis

Sorogibel es una casa solariega en la Navarra de la primera mitad del siglo XX, en Pirineos, muy cerca de la frontera. Allí viven Mieltxo y Cataline con sus hijos, y allí les sorprenderá el advenimiento de la República y la posterior guerra civil, enviando a unos al exilio, a otros a tierras vizcaínas y a otros a sobrevivir en Pamplona en los duros años del hambre y la represión. Las hayas de Sorogibel cobijarán entre sus hojas los secretos de sus moradores, como leales guardianes de pequeñas acciones y grandes sacrificios. Amor, pasión, asesinatos, contrabando, mentiras y lealtades tejen una intensa novela coral en la que quedan patentes las imprevisibles consecuencias de los actos cotidianos.

Mikel Alvira, inquieto creador multidisciplinar, alterna la producción literaria con las manifestaciones plásticas y la redacción de guiones.

Ha publicado varios ensayos, poemarios y novelas, entre estas últimas el best seller El silencio de las hayas.

“Soy escritor y todo cuanto hago tiene que ver con lo que escribo. Si tuviera que resumir mi perfil, diría que no sé no escribir.”

Obra publicada: Es tan complicado recoger aquí la obra del autor, que adjunto un enlace a su página donde podréis conocer un poco más de cada una de sus publicaciones: http://www.mikelalvira.com/

Mis impresiones

Somos muchos los que quedamos encantados con La novela de Rebeca y estamos expectantes ante lo que está por llegar, que se supone pronto, pero se hace rogar. Hace ya meses, una chica me recomendó por las redes esta novela y algún que otro título del autor. A pesar su entusiasmo, tenía mis reservas. No sabía si Rebeca suponía un antes y un después y, tras comprar la novela, ha estado reposando en mi estantería casi tres meses. Aviso, no cometáis el mismo error. 

Nos trasladamos hasta el año 1900 para conocer a Mieltxo cuando, siendo muy jovencito, se dirige desde Larraskoain, su pueblo natal en los Pirineos, hacia la frontera. Mieltxo se dedica al contrabando. Es un chaval callado, ágil y, desde que tuviera ocho años, vive con Paulino, un pastor al que fue entregado por su familia, que ya contaba con otros tres hijos y no podía hacerse cargo de una boca más que alimentar. Con el tiempo, Paulino llegará a convertirse en un verdadero padrino para Mieltxo, que le ayudará en las labores del campo, con el pastoreo y en sus intercambios en la frontera. El mercadeo con productos como café, azúcar, esencias de perfume y puntillas aunque era práctica habitual, y casi permitida, entre los vecinos de la zona, no estaba exenta de riesgos, no solo por el hecho de estar expuestos a una posible detención sino porque el ascenso hasta la frontera suponía tener que atravesar un terreno demasiado escarpado y en unas condiciones meteorológicas bastante adversas. 

Será el día de su boda con Cataline y su traslado a Sorogibel, la casa en la que vivirá la pareja junto a la madre de la novia, la que supondrá el punto de partida de una preciosa saga familiar en la que Alvira despliega todas sus armas para trasladarnos muchos años atrás a un pueblo ficticio perdido en los Pirineos, donde el día a día en cada casa exigía no poco esfuerzo. Allí, veremos cómo esta pareja, tan inexperta en un principio, que se hace con nuestro cariño en su primer diálogo, va encontrando su sitio, creando su hogar. Con el tiempo llegarán unos hijos que colmarán de felicidad a ambos, pero nada será un camino de rosas porque son tiempos convulsos y tendrán que hacer frente a muchas dificultades.

Sorogibel era una casa hermosa, no demasiado ostentosa, pero sí con el aire de los edificios preeminentes del valle de Geiunli. Lucía un formidable tejado a cuatro aguas por el que discurría la lluvia en los días de tormenta, sobre el que tamborileaban los aguaceros y del que caían grandes bloques de nieve en los meses de invierno. Rematándolo, una chimenea de dos cañas, con la cubierta típica de Larraskoain, le confería cierto aire medieval.

Dos van a ser los escenarios en los que se va a mover esta una novela, en la que la belleza de los Pirineos y la ciudad de Pamplona se funden con la fuerza de unos personajes redondos, que nos acompañarán en un interesante recorrido a través de sesenta años de la historia de España. Solo tendremos que dejarnos llevar para sentir el gélido frío de la montaña o imaginar esas hayas que presiden la trasera de Sorogibel. 

Diría que estamos ante una novela de contrastes: el de la apacible vida en la montaña frente al bullicio de la capital. El tiempo irá dando lugar al auge de los pequeños negocios, el trabajo en las minas y esta familia buscará un futuro mejor allá donde exista una oportunidad. Encontraremos muchos y variados temas en ella: atravesaremos dos guerras, tensiones, revueltas, enfermedades profesionales… un retrato magnífico el que hace el autor de la situación política, social y laboral de una época en la que las ideas políticas marcaban la vida de las personas y que refleja una gran labor de documentación tras la historia.

Al hablar de personajes, contamos con amplio elenco, en la que podríamos considerar una novela coral donde cada uno de ellos es una pieza más de esa gran familia que forman los de Sorogibel. Y es que si algo desprenden los muros de esa casa es calidez, paz y amor. Un lugar donde todos son bien recibidos. Son muchos los que se quedarán conmigo pero merecen especial mención: Mieltxo, un hombre parco en palabras, que va creciendo a medida que avanzamos en la lectura y que se convertirá en un ejemplo de superación. Junto a él, la dulce Cataline, una chiquilla, que desde muy joven sabrá lo que es luchar por aquello que se quiere o Severiano, un hombre camaleónico, fiel a sus principios, que sabrá adaptarse siempre a las circunstancias. Tampoco puedo dejar de mencionar a Marce Osorio, ese carabinero, vecino y amigo que sabrá dar una de cal y otra de arena para que cada cosa vaya a su sitio o a la pequeña Catalina, que habrá de superar demasiadas pruebas desde muy temprana edad. 

Narrada en tercera persona y dividida en dos grandes bloques, pese a ser una lectura ágil y mantener en todo momento la tensión narrativa, El silencio de las hayas no es una historia para devorar, sino para degustar con sosiego, disfrutando de la prosa cálida, cuidada y envolvente de Alvira.

No sé si he logrado transmitir mínimamente lo mucho que me ha gustado esta historia. El silencio de las hayas es de esas novela que difícilmente olvidas; la historia de una gran familia a la que le tocó vivir tiempos difíciles, pero que nunca perdió su ilusión por una vida mejor. Hay libros que bien merecen un hueco en nuestra estantería, este es uno de ellos.