Buenos lunes a todos. Feliz año. Espero que hayáis pasado unas buenas fiestas y no hayáis acabado enterrados en nieve.
A partir de esta semana me he propuesto retomar la actividad del blog, que lleva prácticamente dos meses parado. Y es que, a veces, lo que se empieza con mucha ilusión termina pesando. Urge resolver otros asuntos y necesitaba un respiro: leer sin presiones y socializar un poco en el escaso tiempo libre que nos permite esta puñetera pandemia. Lo que sí tengo claro es que voy a introducir algunos cambios en el blog con la idea de hacer de este hobby algo más llevadero. Esta entrada, en la que os cuento mis planes lectores, no siempre la publicaré un lunes sino que, en función del ritmo que lleve y de cuando empiece lectura, podrá aparecer cualquier otro día. Respecto a las reseñas sí que trataré de publicar una semanalmente, también sin día fijo. Si caen dos en la semana ya me hago una ola yo sola.
Aclarado lo anterior, os cuento que esta semana comienzo con un thriller psicológico que viene de la mano de una autora que ya me conquistó con Cuídate de mí, su anterior trabajo, y que además está cosechando muy buenas críticas. Os hablo, por si no lo sabéis, de María Frisa y en esta ocasión mi lectura es El nido de la araña, su última novela.