A Nahid le queda poco tiempo. O, al menos, eso le acaban de decir los médicos. Es una superviviente, pero la idea de que el mundo seguirá girando sin ella la perturba. Ella, que luchó por la revolución sin saber el alto precio que pagaría. Ella, que huyó de Irán y trabajó para construir un nuevo comienzo y plantar raíces en un país que no era el suyo, con el fin de que su única hija tuviera un mañana. Y ahora debe sobrevivir de nuevo, por ella, por su hija, por el futuro que ya está en camino. Escrita desde la honestidad, la fuerza y el ingenio, Lo que fuimos es una novela de amor y supervivencia, una reflexión sobre los poderosos vínculos entre madres e hijas.
MIS IMPRESIONES
Ya sabéis, los que visitáis este rincón con asiduidad, que tengo
cierta predilección por las novelas intimistas. Esta no solo tiene una
maravillosa portada sino que además condensa en pocas páginas una historia
tremenda. Os hablo de Lo que fuimos.
Nahid, una mujer iraní afincada en Suecia desde hace tres
décadas, se enfrenta a un diagnóstico aterrador: un cáncer terminal no le
augura más que unos meses de vida. Es entonces cuando ella, que a sus cincuenta años creía tener tanto
camino por delante, tanto por compartir y enseñar a su hija, hace balance de su
vida: de su infancia y adolescencia en Irán, del estrecho vínculo familiar que
tenía con los suyos y del camino sin retorno que supuso para ella salir de un país como
refugiada política.
...Cuando salió el sol, reclinó el cuerpo y se apoyó en los brazos con los ojos cerrados. El pelo rubio se le rizaba en la frente y resplandecía como el oro bajo la luz matutina. Lo miré, sin sentirme en absoluto cansada. Recuerdo muy bien aquella sensación: la sensación de haber estado despierta toda la noche, de haber bailado hasta que me dolían los pies, de haber cantado y hablado hasta que me dolía la garganta y, sin embargo, no sentirme satisfecha. Al contrario, quería más. Tenía hambre de más.
Creo que en eso consiste la vida. En estar hambriento. Intento pensar en algo por lo que ahora valga la pena quedarme despierta toda la noche. No se me ocurre nada, ni una triste idea. Quizá es que no me siento llena, me digo. Y quizá por eso me ha elegido el cáncer.
Con un una prosa realmente cautivadora Golnaz Hashemzadeh
nos va meciendo por una historia cargada de reflexión que nos habla del amor entre madres e hijas, el peso de la culpa, el dolor, el matrimonio, los sueños de juventud,
las ideologías políticas y el amor por la tierra que nos vio
nacer. Y lo hace en primera persona a través de la voz de Nahid , la protagonista principal de esta historia, y en medio de la misma marea que mueve sus días: a ratos sosegada,
feliz y llena de esperanza por los recuerdos de sus días felices en Irán; otras
veces llena de rabia contra todos; y en ocasiones aterrada y confundida, dudando
incluso si todo lo padecido y el camino elegido, supone para su hija un
futuro mejor que el que podría haber tenido en tierra natal.
Dos escenarios, Oriente y Occidente. Dos países, Irán y
Suecia, se irán alternando para narrarnos, de forma fluida pero sosegada, los últimos días de Nahid y sus recuerdos de Irán. Unos recuerdos con momentos realmente emotivos y de máxima tensión que nos llevarán a conocer muy de cerca la sociedad patriarcal, sus injusticias, toda la sumisión exigida a la mujer y cómo la revolución alteró para siempre la vida de sus habitantes. Frente a este Irán, la sociedad individualista sueca. Una sociedad que, lejos de lo que pudiera parecer, no estaba tan abierta a acoger a ciertos extranjeros.
Estos serán algunos de los extremos entre los que nos mueva esta historia. Y es que a veces, esa promesa de un mundo mejor no es tan fácil de alcanzar como, a priori, pueda parecer en la mente de un extranjero. La autora, gran conocedora de la temática, por ser a su vez hija de inmigrantes iraníes, nos va desgranando en Lo que fuimos el periplo por el que han de pasar los refugiados políticos. En medio de todo ello, una mujer con una voluntad inquebrantable, luchará contra viento y marea por hacerse un hueco en una nueva sociedad y conseguir su sueño: que el relevo generacional traiga a su hija unas oportunidades de las que ella careció.
Nahid es la que lleva el peso de la historia y sirve de hilo conductor entre presente y pasado. Un personaje complejo que, a pesar de antojárseme por momentos insoportable y antipática, ha conseguido que me meta en su piel para entender sus porqués y reconocer su valentía. Alrededor de ella orbitan el resto de los secundarios, destacando entre ellos la relación con su hija y su madre.
Estos serán algunos de los extremos entre los que nos mueva esta historia. Y es que a veces, esa promesa de un mundo mejor no es tan fácil de alcanzar como, a priori, pueda parecer en la mente de un extranjero. La autora, gran conocedora de la temática, por ser a su vez hija de inmigrantes iraníes, nos va desgranando en Lo que fuimos el periplo por el que han de pasar los refugiados políticos. En medio de todo ello, una mujer con una voluntad inquebrantable, luchará contra viento y marea por hacerse un hueco en una nueva sociedad y conseguir su sueño: que el relevo generacional traiga a su hija unas oportunidades de las que ella careció.
Nahid es la que lleva el peso de la historia y sirve de hilo conductor entre presente y pasado. Un personaje complejo que, a pesar de antojárseme por momentos insoportable y antipática, ha conseguido que me meta en su piel para entender sus porqués y reconocer su valentía. Alrededor de ella orbitan el resto de los secundarios, destacando entre ellos la relación con su hija y su madre.
Lo que fuimos es una historia de lucha , de amor en el más
amplio sentido de la palabra. Una novela llena esperanza y narrada con una
sensibilidad extraordinaria en la que su protagonista, en sus últimas días realiza un viaje en el tiempo que le sirve de liberación. Cada día disfruto más de este tipo de historias y esta sin duda os la recomiendo.
No me extraña que te haya gustado tanto. Se nota en tu manera de hablarnos de ella. Gracias por traernos una historia que creo que a mí también me gustaría. Voy a añadirla a mi lista de deseos antes de que se me olvide
ResponderEliminarSe ve que te ha gustado mucho, la apunto para cuando me apetezca algo de este estilo.
ResponderEliminarBesos
Por ahora no me veo con ella aunque no la descarto. Besinos.
ResponderEliminarMe recuerda un poco a la historia de "Madre de leche y miel" que también nos gustó mucho, así que me la llevo apuntada para cuando me apetezca algo así ;)
ResponderEliminarBesitos
Esta sí me gusta, me la voy a apuntar pero primero tengo otras lecturas más amables por delante. Es que esta es de las de coger aire antes porque es dura aunque no se le vaya la mano.
ResponderEliminarBesos
Pues no sé qué decirte, tu reseña contagia entusiasmo y la novela intimista me gusta. Ahora bien, no soy muy fan de la ambientación y culturas orientales en mis lecturas, pero claro esta novela no es solo eso... En fin, hecha un mar de dudas me dejas.
ResponderEliminarBesos.
Este tipo de historias suele gustarme mucho, así que tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues yo creo que más o menos como otros comentarios, ahora mismo no me apetece algo intimista y es que el escenario tampoco me llama... de momento yo creo que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos
Pues precisamente de la sinopsis se intuía que hablaba de un cáncer terminal y es lo que me hizo descartar un poco esta lectura (he tenido demasiado de eso en la vida real). Veo que te ha gustado muchísimo, e imagino que la enfermedad no es el núcleo de la historia y solo es la razón para contarla, pero de momento lo tengo que dejar pasar. Más adelante nunca se sabe.
ResponderEliminar¡Besote!
Aunque hay alguna excepción, ya sabes que esta no pertenece a ese tipo de novelas a las que me lanzo de cabeza. Besos.
ResponderEliminarEs muy tuya esta Novela jajaja
ResponderEliminarA mi ahora no me apetece algo tan duro
Besos
Me lo apunto pero ya. Me atrae muchísimo ^^
ResponderEliminarA mi me pasa igual, cada vez le cojo más el gusto a este tipo de novelas, por eso voy a tomar nota de esta.
ResponderEliminarBesitos
A mi también me gustan mucho las novelas intimistas y esta tiene muy buena pinta. Anotada queda.
ResponderEliminarBesotes
Nada más empezar a leerte ya me hacían los ojos chiribitas 🤩 me gusta muchísimo, me lo llevo pero ya, no le doy más vueltas.
ResponderEliminarEstupenda reseña, besos 💋💋💋
A mí también me gustan mucho este tipo de historias, que son tan reales como la vida misma y te hacen ponerte en el lugar de sus protagonistas y sentir lo mismo que ellos sienten. Muy buena reseña! Me lo apunto y me suscribo.
ResponderEliminarSi te apetece pasarte por mi rincón de lecturas te dejo el enlace https://misgrandespasiones-rosa.blogspot.com/
Bss
Hola. Me gustan estas historias aunque ahora no es lo que más suelo leer, tomo nota al recomendarla tu. Gracias.
ResponderEliminarBesos.
Me pasa la tuya, Ángeles: me gusta una buena novela intimista. Y esta que nos presentas invita a leerla. Me la llevo anotada. Besos.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarme llamó muchísimo la atención pero cuando leí en la sinopsis de la enfermedad de la protagonista la descarté automáticamente; ya sabes lo que me pasa con este tipo de cosas y no creas que no me da rabia no leerla.
Un beso
Sin duda las novelas de Duomo de Nefelibata, muchas tienen estos tintes intimistas que nos cuentas. Son muy buenas lecturas. Besos
ResponderEliminarTiene buenísima pinta, pero ¿es muy dura la novela? No sé si es un tema sobre el que me apetezca leer ahora mismo...
ResponderEliminarQué bonita reseña. Hace que den muchas ganas de leerla, aunque la dureza del tema no me hace planteárselo por el momento.
ResponderEliminarBesos
Sé que tiene que ser una novela bella por lo que nos cuentas pero la temática de fondo como que no la veo para mí.
ResponderEliminarBesos
Tiene pinta de estar muy bien pero esa condena de la protagonsita me echa para atrás porque me recuerda a un tema muy personal que aún no he superado. NO podría.
ResponderEliminarA mí el punto de partida me hace temblar. No estoy yo ahora muy fuerte. A pesar de que la pintas tan bien y me gusta la novela intimista, creo que la dejaría para más adelante. Besos
ResponderEliminarEstoy en el proceso de disfrutarla... No quiero que termine.
ResponderEliminarMaravillosa