Algunos libros lo tienen todo para gustar y éste tenía algo que me llamaba como las moscas a la miel. La portada es preciosa y su autora es una de mis preferidas así que, sin pensarlo mucho, me fui a por él y ha sido estupendo volver a reencontrarme con Reyes Monforte.
Título: Una pasión rusa
Autor: Reyes Monforte
Editorial: Espasa
Páginas: 592
ISBN:978-84-670-4517-8
Precio: 19,90
Impredecible, bellísima y dotada de un hondo sentimiento, como la música compuesta por el genial Serguéi Prokófiev, así era Lina, su musa, su amante y su esposa.
Nacida en Madrid en 1897, con apenas 20 años se enamoró perdidamente del que sería su marido, del hombre y también del genio. «La princesa Linette», «mi Avecilla», como la llamaba Prokófiev, comenzó junto al compositor la vertiginosa andadura que da cuerpo a esta novela, que transcurre en los grandes escenarios del siglo XX, desde el Nueva York de los rascacielos, al París de las vanguardias y el glamour, donde la pareja formaba parte del círculo más exclusivo de intelectuales y artistas: Coco Chanel, Hemingway, Picasso, Matisse, Ravel, Diáguilev...
Los años transcurrieron luminosos hasta que Prokófiev decidió regresar a la Unión Soviética, donde pretendía consagrar el éxito cosechado en el resto del mundo. Allí, tras los dramáticos tiempos de la Segunda Guerra Mundial, Lina fue acusada de «espía extranjera» bajo el terror estalinista, encerrada y torturada en la siniestra Lubianka y condenada a trabajos forzados en el gulag. Solo su fortaleza, su pasión por la vida y el amor indestructible que sentía por su marido le permitieron sobrevivir.
Desbordante de talento, fuerza y carisma,Lina Prokófiev es un asombroso personaje que, con este libro, por fin recibe el reconocimiento que merece.
Reyes Monforte es periodista y escritora. Su trayectoria profesional ha estado marcada por su trabajo en la radio, donde ha dirigido y presentado distintos programas en diferentes emisoras durante quince años, entre las que cabe destacar Onda Cero y Punto Radio. También ha colaborado en diversos programas de televisión en Telemadrid, Antena 3TV, La 2 o EL Mundo TV, ejerciendo de colaboradora y, en algunos de ellos, de guionista. Actualmente es columnista de La Razón.
Su primer libro, Un burka por amor (Temas de Hoy, 2007), se convirtió en un best seller con 52 ediciones; se llevó a la televisión con una miniserie que siguieron más de cuatro millones de espectadores, lo que la convirtió en la ficción más vista del año en Antena 3TV. Tanto esta como sus posteriores publicaciones, Amor cruel, La rosa escondida, La infiel y Besos de arena,
Como ya os he adelantado por twitter, Reyes Monforte para mi es una escritora que no decepciona. He leído todos sus libros a excepción de Amor cruel y estoy en vías de solucionarlo. Lo mejor de todo es que todos los he acabado con una satisfacción tremenda así que cuando digo que para mi ella es un valor seguro, lo digo con criterio. En mi opinión, si le quedaba algo que demostrar en las letras lo ha cumplido sobradamente con Una pasión rusa. Esta novela ha obtenido el premio de novela histórica Alfonso X El Sabio.
En la presentación de la semana pasada en Fnac de Málaga, Reyes, contaba como llegó esta historia hasta ella. Una noche quedó a cenar con unos amigos en un restaurante. Se retrasaban y no había cobertura de móvil con lo que salió a la calle y, mientras se movía hablando, reparó en una placa en la que se indicaba que allí nació Lina Prokófiev, esposa del famoso compositor ruso Serguei Prokófiev. A partir de ahí su curiosidad fue en aumento y decidió investigar y novelar la biografía de esta española tan desconocida en nuestro país.
La novela comienza con Lina en un gulag al borde la la extenuación. En una de las muchas noches de insomnio, derrotada por el frío, el hambre y la fiebre, Lina, se aferra a sus recuerdos y se traslada a su infancia junto a sus abuelos en la Unión Soviética y hasta el París de los años veinte. Allí, de la mano de su amiga Coco Chanel, el general De Gaulle, Pablo Picasso, Hemingway y Carlos Gardel, entre otros, recuerda la que fue la mejor época de su vida junto a Prokófiev.
Carolina Codina Nemiskaia, más conocida como Lina Prokófiev, hija de un tenor catalán, Juan Codina, y una soprano rusa, Olga Nemiskaia, nació en Madrid en el
Carolina Codina Nemiskaia, más conocida como Lina Prokófiev, hija de un tenor catalán, Juan Codina, y una soprano rusa, Olga Nemiskaia, nació en Madrid en el
año 1897. Siendo muy pequeña se traslado con sus padres a Nueva York y allí, en el año 1918, conoce a Serguei Prokófiev. El flechazo fue mutuo aunque Lina al principio tuvo sus dudas. No sabía si estaba enamorada del genio de la música o de la persona que había tras él. Serguéi, por su parte, también cae rendido ante Lina, cosa nada sorprendente porque ella era una auténtica belleza española, una dama distinguida, con una figura envidiable, hablaba cinco idiomas y se ganaba por igual a hombres y mujeres en todos los actos a los que acudía.
La relación se va afianzando pese a las reticencias iniciales de la madre de Lina que consideraba a Prokófiev como una "rareza bolchevique" y, contraviniendo todas las normas sociales de la época, la pareja se traslada a París en los años veinte. París en esos años es el epicentro de la vida cultural en Europa y ambos van a dar rienda suelta a su pasión coincidiendo con uno de los mejores periodos en la carrera profesional del compositor. Allí tendrán ocasión de coincidir y estrechar lazos con personajes de la talla de Coco Chanel, Hemingway, Picasso, Ravel, Stravinski, etc.
No quiero desvelaros nada más. Toda la información de la vida de Lina la tenéis disponible a través de la red pero, a quienes quieran acercarse a la novela, les aconsejaría hacerlo como yo, a ciegas. No conocía ningún dato de ella y me ha gustado ir descubriéndola, poco a poco, a través de las páginas del libro.
No quiero desvelaros nada más. Toda la información de la vida de Lina la tenéis disponible a través de la red pero, a quienes quieran acercarse a la novela, les aconsejaría hacerlo como yo, a ciegas. No conocía ningún dato de ella y me ha gustado ir descubriéndola, poco a poco, a través de las páginas del libro.
Nos encontramos ante una novela en la que existen dos personajes principales: Lina y Serguéi, ambos muy bien perfilados aunque, incluso su marido, en las páginas del libro queda eclipsado por la potente personalidad de ella.
Estamos ante una novela histórica en la que el amor tiene un papel fundamental y es que no podemos entender nada en la vida de Lina Prokófiev si no entendemos el amor que sentía por su marido. Un amor incondicional que a veces me ha resultado incomprensible, pero que fue el bastón al que siempre se aferró en sus momentos más duros. A pesar de todo, no era Lina una mujer débil, ni mucho menos. Fue una mujer que nació entre algodones y que llevó una vida de ensueño pero a la que, las circunstancias de la vida, obligaron a reinventarse. Una mujer muy segura de sí misma y que fue fiel a sus principios hasta las últimas consecuencias.
Lina fue una excelente cantante que decidió dejar a un lado su carrera por un problema con el miedo escénico heredado de su padre. Era una estrella que brillaba con luz propia, admirada por todos, era el alma de todas las reuniones sociales, sin embargo, supo quedarse en un segundo plano en determinados momentos de su vida para permitir a su marido vivir sus momentos de gloria.
Estamos ante una novela histórica en la que el amor tiene un papel fundamental y es que no podemos entender nada en la vida de Lina Prokófiev si no entendemos el amor que sentía por su marido. Un amor incondicional que a veces me ha resultado incomprensible, pero que fue el bastón al que siempre se aferró en sus momentos más duros. A pesar de todo, no era Lina una mujer débil, ni mucho menos. Fue una mujer que nació entre algodones y que llevó una vida de ensueño pero a la que, las circunstancias de la vida, obligaron a reinventarse. Una mujer muy segura de sí misma y que fue fiel a sus principios hasta las últimas consecuencias.
Lina fue una excelente cantante que decidió dejar a un lado su carrera por un problema con el miedo escénico heredado de su padre. Era una estrella que brillaba con luz propia, admirada por todos, era el alma de todas las reuniones sociales, sin embargo, supo quedarse en un segundo plano en determinados momentos de su vida para permitir a su marido vivir sus momentos de gloria.
La novela estructuralmente está dividida en cinco partes que coinciden con los escenarios de la vida de nuestra protagonista: Nueva York, París, Moscú, La Guerra y El Gulag. A pesar de no tener mucho ritmo es una historia que se lee bien aunque en algunos momentos he sentido que existían un exceso de menciones a diferentes músicos y otras personalidades que no aportaban nada a la historia y la ralentizaban. Sin duda, la parte que más me ha gustado ha sido la que se desarrolla en Moscú durante el mandato de Stalin (allí conoceremos de los horrores que se vivían en la Lubianka) y sobre todo la que se refiere al gulag, precisamente por ser la más desconocida para mi.
Temporalmente la historia es muy extensa ya que Lina tuvo una larga vida y falleció hace relativamente poco tiempo en el año 1989.
En definitiva, no puedo dejar de recomendaros la lectura de Una pasión rusa, una novela que os permitirá conocer la vida de gran mujer que no se dejó amedrentar por nadie y que hizo del amor su estandarte. Una historia absolutamente desconocida para mi y que ha logrado conquistarme.
Esta reseña participa en el mes guerrero de Laky de Libros que hay que leer.