Hoy os traigo mis impresiones de mi tercer Ineludible de Navona. En este caso, y aunque llevaba tiempo en la estantería, acudo a él para completar mi última letra del reto de la A a la Z.
Os adelanto que una vez más vuelvo a quedar encantada con las novelas de la editorial.
Título: Golowin
Autor: Jakob Wassermann
Editorial: Navona
Páginas: 119
Precio: 12 euros
En los convulsos días de la Revolución Rusa, la aristócrata María von Krüdener, acompañada de sus cuatro hijos, sirvientas y un abultado equipaje, huye de su hacienda de Tula, cerca de Moscú, para reunirse con su marido en el sur del país. El encuentro de María, seductora e inteligente, con Golowin, un marinero revolucionario, experimentado y culto, en una miserable posada de las costas del mar Negro, a la que ella ha llegado después de un viaje en tren, hacinados docenas de fugitivos en un vagón de ganado, alterará las ideas y valores de la mujer, que ella cree firmes, pero que él demostrará que sólo son un parapeto que le ha robado la libertad de actuar y sentir.
Jakob Wasserman. (Fürth, Alemania, 1873 – Altaussee, Austria, 1934), de origen judío, en la década de 1920 fue uno de los novelistas más admirados de su país. Por su condición racial, a partir de 1933 sus libros fueron rechazados en Alemania. Influido por Dostoyevski y Tolstói, en sus escritos dominan los temas de la salvación por el amor, la justicia y las dificultades de la existencia del hombre. Entre sus obras destacan Caspar Hausser (1908), El hombrecillo de los gansos (1915) y su autobiografía Mi camino como alemán y judío (1921).
Mis impresiones
Hablar de Ineludibles de Navona es hablar de auténticas joyas literarias. Mi primer acercamiento a la editorial vino de la mano de El nadador en el mar secreto, una historia muy dura pero cuya lectura me dejó encantada. Ha sido uno de mis libros preferidos del 2015. Después vino Salvart a Mozart donde me reafirmé en la idea de que tenía que seguirle la pista a estos títulos. Y, por fin, hoy traigo Golowin.
María von Krüdener es una mujer de la alta sociedad rusa que, durante la Revolución, decide ir en busca de su marido Alexander, del que no sabe nada desde hace cinco meses. Se desplaza para ello desde su localidad, Tula, hasta el sur acompañada de sus cuatro hijos y sus sirvientes.
El grupo realiza una primera parada en hotel Palast de Kislawodks. Allí, tendremos ocasión de conocer a un grupo de personas que, al igual que María, vienen huyendo. Refugiados en este pequeño rincón, parecen vivir ajenos a la realidad que les rodea e incapaces de desprenderse de toda una serie de privilegios que poseyeron en el pasado ignorando el hecho de que ahora todos son iguales. El autor retrata con muy pocas páginas esa hipocresía que rodeaba a la alta sociedad de la época. También tendremos ocasión de conocer bien a María, una mujer atractiva, decidida, con un marcado carácter y una gran capacidad de liderazgo, que despierta la admiración de todos cuanto le rodean.
María pasará unas horas en ese hotel apartado mientras emprende de nuevo el viaje que le llevará a hacer noche en una posada en la que coincidirá con un marinero, Golowin. Va a ser de éste de quien tome el título de la novela y precisamente esta parte final de la historia la que se convierta en el eje central y nos lleve a disfrutar un curioso intercambio de opiniones que harán tambalearse los cimientos sobre los que se asientan los ideales de María. Una larga conversación de una noche que no dejará indiferente al lector y a través de la cual conoceremos el crecimiento de nuestra protagonista principal y cómo ha llegado a forjar sus principios.