Bookeando

con MªÁngeles

Un país con tu nombre - Alejandro Palomas

23/9/21

 
Jon, cuidador de elefantes en el zoo, y Edith, viuda que vive con sus once gatos, son los únicos habitantes de una aldea abandonada. Vecinos solitarios primero y ahora buenos amigos, no imaginan que la noche en que la veleta del viejo campanario gira sobre sí misma, el ojo del tiempo se posa sobre la aldea y la vida de ambos está a punto de girar con ella.
La llegada de la primavera trae consigo una inesperada decisión por parte de la dirección del zoo, a la que se suma un perturbador anuncio: el Ayuntamiento al que pertenece la aldea restaurará la casona en ruinas del lago para convertirla en hotel rural. La doble noticia cambiará de golpe las vidas de Jon y Edith, empujándolos a dar un paso hasta entonces tímidamente contemplado.
La amistad entre Jon y una callada elefanta llamada Susi, la relación entre Edith y su hija Violeta, desencontradas durante décadas, y una hora de la noche —«la hora trémula»— en la que pasa todo y todo queda conforman Un país con tu nombre: una historia sobre el amor en mayúsculas, la honestidad con los propios sueños y sobre la libertad llevada a su expresión más pura.

FICHA DEL LIBRO

MIS IMPRESIONES


Una madre, Un perro, Un amor, y ahora esta de la que os hablo hoy. Ese ha sido mi universo Palomas hasta hoy. Sé que me quedan muchas, algunas prioritarias como El tiempo que nos une, pero estoy en la senda y absolutamente fidelizada con esa forma suya de contar las cosas importantes y las que lo son menos. Os cuento que me ha parecido.  

Edith tiene setenta y seis años, enviudó hace cinco y vive en una aldea despoblada sin más compañía que las de sus once gatos. Sus días transcurren sin muchos sobresaltos entre sus quehaceres en el hogar, añoranzas del pasado y alguna videoconferencia ocasional con su hija Violeta, que vive en Noruega, y con la que la mayoría de las veces la conversación se enquista por las cuestiones más insospechadas.

Jon va a cumplir cincuenta y nueve, es veterinario vocacional y los derroteros de la vida lo ha llevado a trabajar temporalmente en un zoo en el que ha conocido a alguien muy especial: Susi, una elefanta que le ha robado el corazón y por la que siente una gran empatía. Hace ya algún tiempo que Jon es vecino de Edith, su único vecino en la aldea y, aunque inicialmente ambos no estaban muy por la labor de socializar, algunos acontecimientos imprevistos ocurridos en los últimos meses, la soledad de ambos y la buena sintonía de sus encuentros han desembocado en amistad sincera que no hace más que consolidarse. 

Palomas no necesita ubicar geográficamente una historia para permitirnos visualizar un escenario. Ni acotarla temporalmente. Sus letras te hacen sentir toda una paleta de emociones: dolor, miedo, incertidumbre, amor, ternura, alegría…Un país con tu nombre no iba a ser una excepción. Hablamos de una novela llena de ternura y tremendamente emocional en la que dos personajes, a capítulos alternos, se reparten el protagonismo de una historia que avanza y retrocede en el tiempo a través de los recuerdos de cada uno de ellos y está contada a modo de diario. Una doble perspectiva que nos permite conocer en profundidad a cada uno de ellos desde dos ángulos, la imagen que proyectan a los demás, y quiénes son en realidad. 

Apenas tres meses de encuentros y confidencias serán suficientes para armar toda la vida de unos personajes entrañables que, aun con su diferencia de edad, entran en esa etapa de la vida en la que, a sabiendas de no queda mucho camino por recorrer, es necesario enfocarse en lo esencial: ser felices a pesar de las heridas, mantener viva la ilusión y luchar por conseguir sus sueños. En torno a ellos, un reducido elenco de secundarios completará la trama. Entre ellos, imposible no hablar de Andrea, esa mujer ausente y a la vez tan omnipresente que conquista a golpe de página con su forma de entender la vida

La sensibilidad del autor, su delicadeza para tratar ciertos temas como la muerte, esa capacidad para imprimir ciertas dosis de humor con el que aligerar los tragos duros o el lirismo con envuelve incluso la vida cotidiana son razones más que suficientes para animarnos a leer a Palomas. En esta ocasión, además, a mí, esa aldea y sus protagonistas, con tanto vivido a sus espaldas, la luz y la verdad que desprenden y esa existencia tan pausada me han llenado de paz. Por unas horas, también yo he dejado atrás el reloj y las prisas para mirar las estrellas, aprender de ellos y empaparme del privilegio que supone contar con un amor o una amistad tan honesta y desinteresada. 


Un país con tu nombre es una novela preciosa, tierna y conmovedora que gira en torno a tres pilares fundamentales para tener una vida plena: el amor, la amistad y la ilusión; una oda a las segundas oportunidades, al amor por la naturaleza y los animales, que nos insufla fuerzas para no dejar nunca de luchar por nuestros sueños. No os la perdáis. 

Los besos - Manuel Vilas

15/9/21

 
Cuando el amor descubre el sentido más profundo de la vida Marzo, 2020. Un profesor abandona Madrid por prescripción médica, va hasta una cabaña en la sierra y conoce a una mujer apasionada quince años menor. Él se llama Salvador; ella, Montserrat, y entre los dos crece una confianza plena e inesperada, llena de revelaciones.

Sus encuentros son un gran baño de luz. Salvador se ilusiona y le cambia el nombre, la llama Altisidora, como un personaje del Quijote. Ambos se enamoran y construyen una relación madura, con las prevenciones propias de sus cuerpos y recuerdos: el pasado reaparece constantemente.

Los besos es una novela de amor romántico e idealizado, pero también de piel y amor carnal, de cómo en mitad de una crisis universal dos seres humanos intentan regresar a la patria biológica y atávica del erotismo, ese lugar misterioso donde hombres y mujeres encuentran el sentido más profundo de la vida.
Erotismo y ternura: el equilibrio perfecto
Cuando el amor descubre el sentido más profundo de la vida

FICHA DEL LIBRO

MIS IMPRESIONES


Un tuit despertó este verano mi interés por la novela y un vistazo a su sinopsis me confirmó que tenía que leer Los besos, una de las novedades más esperadas de la rentrée y, además, la novela con la que me estreno con este autor a pesar a tener Ordesa esperando turno en el estante.


Salvador es un profesor de 58 años que tras una revisión médica ha visto anticipada su jubilación. Su soledad, ese no saber qué hacer ahora y el inminente confinamiento hacen que acabe recalando en la sierra de Madrid en busca de un entorno natural que haga más llevadera la pandemia. Allí, de forma casual, conocerá a Montserrat, una mujer quince años menor que él por la que sentirá desde el primer momento absoluta fascinación. 


Ambientada en la primavera y verano del 2020, con algunos saltos temporales hasta el año 1981 mientras estudiaba en un colegio mayor, el protagonismo de esta novela lo acaparará Salvador, que es a su vez el narrador. Él nos contará en primera persona cómo vive su historia con Montserrat. 


En un escenario adverso, de desconcierto, aislamiento y reclusión, dos adultos, con sus cicatrices y sus miedos, crean una pequeña isla, al margen del horror que atraviesa el país y el mundo como consecuencia del virus, en la que darán rienda suelta a una inesperada historia de amor y erotismo. Una historia, la de amor, que no la novela al completo, al menos en mi opinión, que logra traspasar el papel y calar en un lector que se convierte en confidente de Salvador: de su ilusión por esa incipiente relación, del poder sanador de los besos, de las cautelas con las dos personas maduras afrontan una nueva relación. Y de ese pavor que siente a la Oscuridad, así con mayúsculas. 


Él, narrador y protagonista, se come al personaje de Altisidora, nombre con el que se refiere a Monserrat, mientras reflexiona y establece cierto tipo de analogía entre la novela de Cervantes y su propia historia, que por momentos también tiene algo de quijotesca. El trazado de ella, una mujer con mucho desparpajo, se me ha quedado corto (me hubiese encantado saber qué opinaba ella de verdad, no qué creía Salvador que opinaba), eclipsado por el de su compañero, y aun así Altisidora gusta. Y nos regalará algunas carcajadas. Con él sí que Vilas da en la diana, adentrándonos en una historia cargada de reflexiones en la que, además de darle un rapapolvo a la clase política y a los medios de comunicación, ahonda en temas más íntimos. Su forma de ir desgranando la trama hace de esta una de esas novelas en la que es fácil leer entre líneas.  Y de atisbar el miedo que enfrenta su protagonista. Me ha dolido, me ha llegado y he entendido a este hombre en el otoño de su vida, a pesar de que en ocasiones incurre también en algún que otro desvarío. 


Los besos es una novela por momentos llena de luz, que me ha provocado sentimientos encontrados. Una historia que cuenta con un personaje muy potente, que está cargada de reflexiones y párrafos para enmarcar, que despega bien, encuentra ciertos valles en el camino, se reitera en algunos temas accesorios e innecesarios, para finalmente ir “in crescendo” hacia un final que me ha ganado: honesto y convincente. Una historia que a pesar de los peros recomendaría leer a quienes disfruten con las novelas intimistas. A mí, desde luego, me ha gustado la forma de contar las cosas de Vilas. Y me dejado con ganas de leer Ordesa.

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